12 | assassin

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            Las chicas se habían quedado dentro de la oficina, mientras los adultos ayudaban a Meredith a tranquilizarse lejos de la pelirroja

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Las chicas se habían quedado dentro de la oficina, mientras los adultos ayudaban a Meredith a tranquilizarse lejos de la pelirroja. Jordan y ella se mantenían juntos, la chica aun un tanto abrumada y preocupada por Meredith no era capaz de mantener su pierna quieta, moviéndola con insistencia en un tic nervioso.

- Vaya genio se gasta. - se rio la rubia.

- ¿Verdad? - dijo Parrish sumándose a su risa.

- Siento que no fuera de mucha ayuda. - comento apenada Makayla.

- ¿Bromeas? Lo que han conseguido, lo consiguieron gracias a ti. Deberías estar orgullosa de eso.

- Me hubiera gustado que hubieran conseguido más que solo cuatro dígitos.

- Ey... está bien. Podrán apañársela con eso. - Jordan intentaba animar a toda costa a la rubia. - ¿De que conoces a Meredith? Se os ve bastante unidas.

- Trabaje un tiempo en Eichen. - confeso ella. - Pero solía salir llorando de allí todos los días, así que lo deje y doble mi turno en el hospital. Continúe visitándola a pesar de no trabajar más allí, los médicos decían que le hacía bien hablar conmigo. No podría negarme a ayudar, así que...

- Eres demasiado buena para tu propio bien Mak. - susurro él colocando un mechón de cabello tras la oreja de ella.

- Mi madre solía decir eso.

Makayla acabo pidiendo un taxi para regresar a casa, a ella le gustaba caminar, pero la estación quedaba lejos de su casa y era demasiado tarde. Noah y Jordan se habían ofrecido a llevarla, pero la rubia se había negado, ellos tenían trabajo allí.

- Vengo a despedirme chicas, siento no haber sido de más ayuda. - hablo Makayla entrando en la oficina de Noah.

- No, ha sido suficiente, gracias. - aseguro Lydia sonriendo levemente, aunque en su rostro se notaba el cansancio que sentía.

- Soy Makayla, por cierto.

- Lydia, ella es Malia.

- ¿Malia? ¿La novia de Stiles? Pensé que se la había inventado. - sonrió la rubia. - lo siento. - se apresuró a añadir al percatarme del ceño fruncido de la chica. - Stiles es como un hermano para mi así que... cuídalo ¿quieres? O si no... no soy buena amenazando así que solo cuídalo.

- Lo hare. - prometió la castaña.

- Bien, ahora sí que me marcho, espero que podáis... - dejo la frase a media centrando su atención en los números y luego en el teléfono sobre la mesa. - Puede que sea una locura, pero... ¿Y si es como el álgebra?

- ¿Qué quieres decir? - pregunto Lydia.

- Quizá los números son letras. - contesto encogiéndose de hombros.

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