10 El espadachín de oro

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“Y el ángel negro se elevó en los aires envuelto en llamas  con alas de humo, mostrando su magnificencia e impartiendo temor en quienes le observaban.”

Iván sentía la adrenalina a más no poder podía ver las caras de angustia y miedo de las personas en el último piso del edificio, dejando una estela de humo negro y envuelto en llamas empezó a caer al vacío, el viento le golpeaba en la cara con fuerza, mientras caía podía observar como de todos los pisos le intentaban disparar y ninguna bala le alcanzaba pudo ver la glorieta y la multitud en, ella que volteo al cielo para verle. Abrió el paracaídas cuando estaba casi a doscientos metros del suelo todos en el suelo estaban anonadados que pudiera escapar a todos los que lo perseguían, la chica les ordeno a todos que le dispararan y obedecieron enormes ráfagas de tiros fueron dirigidos a él, el maniobro el paracaídas hacia el agujero de donde vino el primer disparo hacia su café, las balas atravesaron su paracaídas pero muy tarde el logro apenas pero logro entrar en el edificio, se levantó y una figura se acercó a él.

-Pero que…

-Cállate si quieres vivir. Le dijo la figura tapándole la boca, Su voz parecía la una chica.

Le tomo de la mano y lo guio hacia un elevador, Iván cojeando y tomándose del hombro, apenas podía caminar .En su camino vio que la figura tenía una espada en un hombro y un enorme rifle en otro, llegando al elevador la figura abrió las puertas y lo invito a pasar, el entro y el elevador empezó a subir, no sabía cómo todavía había energía para subirlo pero quizá era mejor que subir escaleras, llegando al piso trescientos se abrió el elevador y la figura salió del invitándole a Iván a salir mientras caminaba dejaba un rastro de sangre, el piso tenía muchas camillas y aparatos de hospital.

La figura lo ayudo a subir a una camilla, le abrió el saco y le quito el chaleco lleno de disparos le abrió la camisa negra y verifico si tenía alguna herida, solo moretones y pequeñas raspadas en cambio en el hombro estaba la herida de bala y en la pierna igual, tomo unas pinzas oxidadas y las metió en la herida del hombro.

-¡Aahh! Por lo menos podrías darme algo para morder. Dijo el con enfado.

-Muérdete el brazo si tan poco aguantas. Le contestó con tono de burla.

-Una pregunta, si me disparaste ¿porque ahora me ayudas? Pregunto el con interés.

-No te dispare para matarte, era para avisarte que venían, a si y perdón por lo de tu café.

Cuando termino la frase saco la bala del hombro y el tiro al suelo, bajo a la de la pierna, metió las pinzas a secas y empezó a buscar la otra, el apretó los dientes y las manos.

-¿No podías avisarme de una manera más ortodoxa? Contesto el con tono de burla.

-Apenas me vieras me hubieras disparado y te tendría que matar. Contesto con tono sarcástico.

-Chica lista. Dijo el con tono serio.

Ella saco la bala y la tiro lejos junto con las pinzas, le puso un vendaje y lo levanto de la camilla, el tomo su ropa y empezó a vestirse antes de ponerse el chaleco estaba a punto de ceder, el saco estaba completamente quemado pero todavía seguía en una pieza, el casco seguía en buen estado, mientras se vestía le figura le hacía varias preguntas.

-¿Qué haces aquí?

-Buscaba comida.

-¿En verdad eres quien dicen que eres?

-Sí, me conocen como el ángel negro.

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora