15 Nuevo rumbo

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Con una vos muy débil y entre cortado casi como un muerto.

-Ania…

Sus ojos verdes se llenaron de júbilo haciendo que brillaran mientras que cristina abrió la boca sorprendida.

El lugar quedo en silencio y el de verde hizo una señal y los azules tomaron a cristina y se le llevaron.

-¿Por qué a ella? Si ni la conoces, ¡te arrepentirás! Grito Cristina mientras se la llevaban.

-No es cierto, tomaste la decisión correcta. Le dijo Ania mientras caminaba hacia él y lo abrazaba.

El quedo mirando cómo se llevaban a Cristina, acababa de elegir a una persona que no conocía del todo y dejo detrás a su antigua amiga, abrazo a Ania con fuerza y el de verde los separo.

-Bien, vete y no te vuelvas a aparecer o no habrá opción. Le dijo mientras señalaba al horizonte.

-Espere, sabe a dónde podemos ir para salir del planeta… Pregunto él.

El de verde volteo a verle, su cara no se veía pero denotaba que estaba sorprendido.

-Claro, las bases están en Buenos aires y la Patagonia, pero hay muchas otras alrededor del mundo pero no creo que de verdad quieras ir.

-¿Por qué?

El de verde se dio la vuelta y se fue caminando, los azules los tomaron y los llevaron hasta la salida, en el camino ninguno se dirigio la palabra mientras recorrían ese crucero podían observar que los colores de la armadura eran jerarquizados, los azules eran soldados, el verde los generales, y el amarillo el capitán de crucero, morado los ingenieros de este. Mientras avanzaban veían que en varias habitaciones había muchas personas encerradas y en otras las estaban torturando, tenían en varias unos invernaderos, armerías y salas de máquinas pareció una eternidad pero llegaron a la salida abrieron una puerta de metal y se escuchaba un fuerte estruendo por las enormes orugas de esa cosa, no había una rampa o escaleras para bajar aunque fueran solo cuatro metros caer no era una opción los azules les dieron una patada para que cayeran al suelo.

Llegaron al suelo y voltearon a ver esa cosa, definitivamente nunca había visto algo así, era inhumano un enorme edificio de acero que se movia.

-Y bien ¿ahora? Pregunto Ania.

-Al sur. Dijo él.

-Y ¿cómo piensas llegar? Pregunto ella  cruzando los brazos.

-¿Cómo llego el hombre a américa? Le pregunto él a ella.

-A pie… ¡¿estás loco?! A pies tardaremos meses, quizá años. Dijo ella.

-Y si sigues parada tardaremos más. Le dijo él.

Empezaron a caminar hacia el rio que habían visto desde el crucero, a medida que caminaban podían apareciera el paisaje.

-Aprovechando que tenemos mucho tiempo, cuéntame tu historia. Le dijo él.

-Claro. Dijo ella-Solo no me digas nada por lo que he hecho.

-Está bien.

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora