Interludio: A casa

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-Vaya no sabía que el ángel tuviera nombre, todos cuentan que en verdad era un ángel del apocalipsis pero nunca había escuchado de la espadachín de oro. Dijo Verko.

-Yo sí…bueno no así como la espadachín pero si como una chica de pelo dorado. Contesto Kepler.

-Sí, ella y el eran muy temidos. Dijo Terwë mirando al cielo.

-Oye Ter, ¿no sabes el nombre real de la espadachín? Pregunto Verko con mucho interés.

-Claro que lo sé, su nombre era…

En ese momento un grupo de matones abrieron la puerta del último piso y amenazaron a Kepler.

-¿Kepler que carajo hiciste ahora? Pregunto Kervo

-¡Tú fuiste el cabron que me robo el anillo! Grito uno de ellos.

-A ya supe. Dijo kervo.

-Perdón era muy bonito y hacia mucho que no comía carne. Dijo Kepler sin vergüenza.

-Gracias idiota, ahora nos tienen acorralado. Dijo kervo.

-¡Date por muerto cabron! Grito otro matón y empezaron a correr hacia ellos.

-Odio tener que hacer esto. Dijo Terwë

Los tomo a los dos y los tiro por el borde del edificio, después él se tiró, los matones se acercaron y miraron por el borde para darse cuenta  que los tres estaban agarrados de un cable que llevaba al otro edifico que era un poco más pequeño que en el que estaban.

Los matones saltaron del borde, se tomaron de cable y los empezaron a seguir.

-Apúrense que el cable no aguantara a todos. Dijo Ter mientras les hacia una seña de que se apresuraran.

-Perdón no suelo cogerme de cables para evitar a unos matones. Dijo verko con sarcasmo.

Los tres amigos llegaron al otro edifico y empezaron a correr hacia el otro lado de este, los matones llegaron y los empezaron a seguir, los amigos se asomaron por el borde y vieron que el otro edifico tampoco estaba tan lejos ni era tan pequeño como para que doliera la caída.

-A las tres. Dijo ker.

-Salta. Grito Ter mientras lo empujaba.

Saltaron los tres cayendo en el techo del otro edifico, Ter apenas cayo dio una vuelta para no golpearse tan fuerte, Kep cayo de pie y Ver cayo con un fuerte golpe en el pecho, Se levantó y fueron corriendo al borde.

-Hey después de este edificio no ¿hay más verdad? Pregunto Ver

-No que yo recuerde. Dijo kep

-No, no hay. Dijo Ter

-¿Que haremos? Pregunto Ker con miedo en la cara.

-Saltar. Dijo Ter

-Pero… Ter le interrumpió gritando.

-¡Salta!

Los tres saltaron hacia el vacío pues desde donde estaban no se veía claramente que había en el suelo. En el aire se podían ver gran parte de la ciudad llena de tianguis por todos lados y mucha gente en las calles. Empezaron a caer y Ker empezó a gritar fuerte.

Mientras se acercaban al suelo se podían ver como estaban cerca de chocar con fuerza en él. Kep y Ver gritaban mientras Ter simulaba que era un águila en picada.

Cuando cayeron en suelo se hundió y se dieron cuenta que era una laguna de agua muy contaminada que el agua era espesa y había neblina, salieron y Ter empezó a nadar hacia un enorme tubo que parecía hecho de bronce.

-¿A dónde vas? Pregunto Ker.

-A mi habitación. Contesto mientras volteo a verlos.

-¿Por las alcantarillas? ¿A caso se puede? Pregunto Kep.

-Lo sabrás si vienes conmigo y además te diré el nombre de la chica. Dijo Ter mientras entraba en el tubo.

-No creo que…

-¡Por aquí deben estar! Grito una vos fuerte atreves de la neblina se podían observar varias personas eran quince quizás más.

-¡A tu habitación se ha dicho! Dijo Ker y los dos empezaron a nadar hacia el tubo.

Salieron de la laguna y el agua que parecía más gel que otra cosa se les empezó a caer a pedazos, entraron al tubo y empezaron a seguir a Ter.

En las alcantarillas había muy poca luz y apenas se podían seguir el uno al otro. Mientras seguían a Ter podían sentir que estaban en un laberinto izquierda, derecha, derecha, recto, fin del camino, volver, izquierda, derecha y así estuvieron durante varias horas hasta llegar a una escalera que parecía llevar hacia ningún lado.

-Ah... al fin llegamos ¿creí que sabias llegar a tu habitación? Pregunto Ker mientras se puso de cuclillas.

-Claro que lo sé, solo quería que el cabron de Kepler se cansara. Contestó Ter mientras subía las escaleras.

-Ya dije porque lo hice. Replico Kep mientras movía las manos como si sintiera culpa.

-Ya no importa, suban que si no nos matan los matones lo harán los dueños de las alcantarillas.

-¿Los dueños de las alcantarillas? Pregunto Ker mientras subía las escaleras.

-¿Enserio no lo sabes? Llevas viviendo aquí toda tu vida y no sabías eso. Dijo Ter mientas lo volteaba a ver.

Los tres amigos subieron durante buen tiempo hasta que Ter se detuvo y golpeo con fuerza la pared. Cuando lo hizo la pared cayo haciendo que una luz entrara en el agujero y le iluminaría la cara.

-Bien, llegamos. Les dijo a los dos mientras entraba en el cuarto.

Cuando subieron los tres estaban en el cuarto de Ter no era muy grande, tenía un colchón en el piso, un escritorio viejo de metal con muchas cosas extrañas en él una caja de metal con latas de comida que era lo más valioso del cuarto, una lámpara de yodo color morado y un closet con dos camisas, un pantalón y dos pares de zapatos. El suelo era de piedra dura y tenía muchas grietas y papeles tirados. Las paredes eran de piedra y tenían muchas fotos y papeles pegados, en una foto estaba la imagen de la tierra cuando era verde y azul. Había un pequeño baño con un excusado viejo, un lavamanos que casi no servía y una regadera improvisada con tubos y coladeras.

-Bienvenidos a mi humilde lugar. Dijo ter mientas hacia una reverencia burlesca.-Una porquería, lo sé.

-Pues es más bonita que la mía. Contesto Kep

-Bien, pónganse cómodos que la historia sigue y se pone intensa. Dijo ter mientras se sentaba en el escritorio y la luz morada iluminaba la mitad de su cara.

-Bien... Ker y Kep se sentaron en el colchón que estaba algo duro y se acomodaron como pudieron y fijaron su atención en Ter.

-Comienza.

-Bien después de lo de Cristina…

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora