20 Viejo Amigo

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-Todavía quedan vivos. Dijo ella señalando a unas cuantas personas.

-Ya morirán, vámonos que hemos hecho mucho ruido. Dijo el dándose la vuelta hacia el BMPT.

-¿Vamos hacia la ciudad? Pregunto ella mientras veía hacia horizonte.

-Sí, es muy pequeña pero quizá haya provisiones y combustible.

Los dos se subieron al vehículo en las mismas posiciones y empezaron a andar hacia Aguascalientes. Al llegar no parecía una ciudad destruida por la guerra.

Tenía un muro de unos cinco metros hecho de láminas concreto, malla ciclónica y muchos guardias, por arriba del muro se podían apreciar unos edificios intactos y hasta tenían luz.

Condujeron hasta la entrada que eran unos enormes portones de acero y había cuatro guardias muy fuertemente armados, cuando se detuvieron dos de los guardias se acercaron y los otros dos nos apuntaron.

-¿De dónde vienen y que quieren? Pregunto mientras tomaba su arma.

-Del norte y venimos a buscar provisiones y combustible. Contesto Ania mientras se preparaba por si las cosas salían mal.

-¿Tienen algo que nos pueda servir? Pregunto el guardia mientras observaba el vehículo.

-Algunas armas y unas pocas municiones. Dijo ella mientras veía por dentro todas las cosas que conseguimos.

-¿Cuantos vienen contigo? Dijo mientras hacia una señal y los otros dos bajaban sus armas.

-Uno. Él empezó a mover la torreta apuntando hacia todos lados.

-Bien, pueden pasar. Hizo una señal y las puertas se empezaron a abrir.

Por dentro la ciudad se veía intacta, tenía luz y mucha gente caminando solo que se veía podrida.

Empezaron a avanzar y entraron en la ciudad.

-Bien, ya estamos dentro ¿Ahora a dónde? Dijo ella deteniéndose en medio de una avenida.

-¿Un hotel? O podríamos dormir en el vehículo. Dijo el mientras observaba todo el lugar.

-No parece seguro. Contesto ella viendo hacia todos lados.

-Podríamos ir con un viejo amigo, claro si es que todavía vive aquí. Dijo él.

-¿Conoces este lugar? Pegunto ella dándose vuelta para verle.

-Sí, durante un tiempo viví aquí. Dijo el bajando de la torreta.

-Bien, guíame hasta su casa. Se volteó y puso en marcha el motor.

Durante el camino pudieron ver  que la mayoría de la gente iba vestida de vagabundo, había muchos durmiendo en la calle, había tiendas, policías, bomberos, soldados, ladrones y mafias; Era una ciudad de verdad y eso significaba que podría haber más y mejores.

Y habría muchas cosas que se podrían conseguir en ella, comida, agua, alcohol, químicos, explosivos, armas y lo más importante información.

Durante unos minutos recorriendo la ciudad llegaron a su destino, la casa estaba completamente intacta y tenía electricidad.

-Bien, vamos. Dijo él bajándose del vehículo por la escotilla de adelante.

-Está bien. Dijo ella pagando el vehículo.

La casa de él era un enorme bunker de dos pisos con portones de titanio sólido, cercar electrificadas, vidrios blindados y unos haces de luz en los vidrios a medida de protección. Él llego a la puerta y timbro, la puerta se abrió un poco y se escuchó una voz de un chico de la misma edad de él.

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora