Angel Negro ©

16 Ania

Toda mi vida a estado envuelta en la guerra, nací en gaza, a las cinco años estaba en mi escuela jugando con mis amigas, se escuchó un silbido después un estruendo y de la nada del cielo empezó a caer un polvo blanco lo intente tomar pero me quemaba después empezó arderme todo el cuerpo y como si fuera un dragón todo se prendió en llamas y empecé a correr a ciegas hasta donde pudiera llegar. Caí al suelo y puede ver como muchos de los niños, maestras y mis amigos estaban quemándose y gritando de dolor, yo no sentía el dolor y quede inconsciente. Cuando desperté estaba en un hospital, con casi todo el cuerpo vendado, había mucha gente, algunos estaban completamente vendados y estaban envolviendo a una persona entre sabanas, puede ver su brazo todo quemado.

¿Por qué a nosotros? ¿Que hicimos? ¿Quién fue? Esas preguntas rondaron mi mente mientras estuve en el hospital, por algún motivo mis padres no venían a visitarme “estarán en casa y no se han enterado fue lo que pensé al principio” cuando pude salir del hospital pude ver edificios destruidos y  mucha gente muerta en el piso y mucha más corriendo por todos lados, corrí hacia mi casa solo para darme cuenta que ya no existía, donde antes vivía eran solo escombros, me acerque y pude ver entre ellos a mis padres, corrí hacia ellos, pero ya no había más nada por hacer.

Abrace con fuerza el cuerpo de mi madre y el bese la mejilla y después el de mi padre, mientras las lágrimas salían a montones de mis ojos.

Me quede allí durante horas hasta que me dio hambre, me despedí de mis padres y me fui mientras, caminaba intentando buscar la respuesta a las preguntas, hasta que entre en un restaurante, vi que tenían una tele y en ella decían “Israel lanza nueva ofensiva contra gaza en represalia por la muerte de un joven israelí”

Una sola muerte… solo una muerte y ellos respondían con ataques así.

Mi vida se basó en vivir en la calle, comiendo basura o animales muertos la gente no podía ayudarme pues estaban igual o peor, durante ese tiempo hice un amigo, el señor de las frutas  quizá tuviera veinte años y me regalaba lo que sobraba, no era mucho pero era un manjar comparado con todo lo que comía, en mi cumpleaños número quince me invito un pastel en su casa, puso las velas y empezó a cantar “feliz cumpleaños” era lo más hermoso que alguien había hecho para mí, no pude aguantar , empecé a llorar, lo abrase el me respondió el abraso y empezamos a cortar el pastel, era el momento más feliz de mi vida mientras comíamos saco una caja de zapatos y me la dio.

-Es tu regalo. Me dijo

-La tome y le bese la mejilla.

Abrí la caja y era un pañuelo hermoso color rojo carmesí, era la cosa más hermosa que había visto en mi vida, me lo puse en la cabeza y empecé a bailar. Era hermoso.

Pestañe y en un momento todo estaba destruido, yo estaba atrapada entre escombros y el señor estaba cara a cara conmigo, le pregunte si estaba bien pero no me respondió, le volví a preguntar y seguía sin responder empecé a gritarle mientras lloraba y le decía que no me dejara, durante dos días tuve que convivir con su cadáver hasta que me logaron sacar de allí.

Cuando me sacaron vi que eran hombres armados y tenían un pañuelo en la cabeza con una inscripción que decía “Hamas” ellos me ayudaron y me llevaron a un lugar donde comer, en las noticias Israelís decían que habían destruido un lugar donde terroristas armaban misiles, no pude contenerme y grite a la televisión.

-¡¡Mentira!! Perra mentirosa, solo era un señor que vendía frutas! Y empecé a llorar con mucha fuerza los hombres y varias mujeres que estaban cerca me trataron de consolar.

Los hombres me llevaron a un edifico y en él me mostraron quienes eran los que destruían y mataban a la gente inocente, era Israel con la excusa de que atacaban terroristas. Los hombres me ofrecieron unirme a ellos, pues ellos peleaban contra los Israelís, acepte y me uní a ellos. Tenía sed de venganza y un odio puro, ellos mataron a mis padres ahora yo los matare a ellos.