29 Neuschwabenland

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Se escuchó un ruido ensordecedor que retumbo la grieta, abrió los ojos y pudo ver que no se había estrellado contra el piso, estaba a unos cuantos centímetros de este pero algo lo levantaba, miro hacia atrás y vio las alas de fuego aleteando, se apagaron y cayo golpeándose la nariz.

*Vaya que ha estado cerca, supongo que el traje se activa en caso de emergencia*

Se dio la vuelta y vio a su alrededor mirando los pedazos del puente y muchas llamas por todos lados, miro hacia arriba y pudo apreciar el cielo negro, vio un brillo amarillo que se acercaba a toda velocidad.

*No puede ser*

Se giró hacia la izquierda y un enorme estruendo estremeció la tierra a su alrededor levantando polvo por todos lados, sintió una patada en el vientre haciéndole girarse y pudo observar a la misma persona que le disparo, sentía su mirada tana afilada como cuchillo.

-No sé quién seas pero… la persona saco el arma y le apunto directamente a la cara.

-Espera ¡no!.. La persona disparo, pudo sentir como la bala destrozaba la parte derecha de su mandíbula y le voló parte de la oreja, miro hacia ella y esta se giró y empezó a caminar, se podían escuchar sus pasos retumbar por toda la grieta.

El dolor que sentía era enorme y horrible, puso su mano en lo que quedaba y sentía su sangre caliente recorriendo su palma, se giró hacia la derecha y vio el charco de sangre que se hacía más grande, el disparo era letal si hubiera tirado dos milímetros más hacia el centro.

*¡Que dolor, maldita sea!... que hago… si lo dejo así… ¡El gel!*

Metido la mano el bolsillo dentro del saco y saco la lata, se colocó el gel en la herida, pudo sentir el ardor de las heridas regenerándose a una velocidad increíble y así en un minuto ya tenía la cara completamente arreglada.

*Wow esta cosa esta muy bien hecha*

Se dio la vuelta y se puso de pie, empezó a observar a todos lados intentando encontrar a la persona que le ataco, había pedazos de puente por todos lados, y la grieta recorría muchos kilómetros.

*Debe haber alguna manera de llegar hasta la entrada, escalando…* Miro hacia arriba donde estaba la puerta *Quizá no sea la mejor opción, debe haber otra* Miro hacia todos lados, hasta que se miró los brazos *¡Las alas! No sé si puedan volar pero no pierdo nada intentando*

Activo las alas y estas se abrieron cual águila real mostrando su grandeza y haciendo que el polvo se levantara, su fuego negro lograba iluminar un poco el abismo. Se puso de cuclillas, preparando un salto de fuerzas inhumanas, lo dio y se elevó varios cientos de metros, cuando el impulso a cabo las alas entraron en ayuda podían volar, tenían cierta dificultad ya que no eran de un material sólido y el hecho de que pudieran volar era asombroso pero sirvieron para llegar a la entrada.

*¡Funciono! Pedro cuando te vea tengo varias preguntas que hacerte*

Observo las puertas, eran de una clase de aleación de zirconio, hierro, plomo y aluminio, estaban hechas para resistir una explosión nuclear así que abrirlas no era una opción viable, debía entrar por otro lado, camino dando vueltas a las puertas pero no había manera de entrar.

*Estas cosas son impenetrables… espera… quizá las puertas sean indestructibles, pero el hielo no*

Se acercó a una de las lámparas y activo las alas, *Si pedro podía cambiarles de forma a su gusto, espero que estas también* lo intento pero las alas no cambian de forma *Supongo que no queda de otra* Las desactivo y se tiró de espaldas a la pared para clavar los generadores de estas en el hielo y las activo, tardo un poco pero el fuego pudo convertir ese hielo en agua y ene efecto había un conducto por el cual pasaba la energía hacia la lámpara, sigo repitiendo el proceso hasta llegar del otro lado de la puerta, esta era enorme, media más de cinco metros de espesor, logro atravesar los muros de hielo y al entrar pudo observar que era una enorme base que parecía científica.

 Había muchas habitaciones con muchas personas trabajando en ellas, eran una clase de científicos y todos tenían una banda nazi en el brazo izquierdo, había de todo, físicos, químicos, biólogos, siguió caminando.

Las personas pasaban de él, era como si no les importara, estaban muy apresurados, en las paredes había propaganda nazi, y en algunas habitaciones había banderas con esvástica nazi, vio unos barandales y se acercó a ellos, antes de llegar empezó a sonar una alarma y todos se metieron a unos cuartos con puertas blindadas.

*¿Qué pasa?  ¿Acaso…*

Empezó a sentir que la tierra temblaba cada vez más fuerte, se sujetó de los barandales y pudo ver que algo se acercaba a toda velocidad, era un cohete de magnitudes colosales que estaba despegando media de largo casi quinientos metros y de diámetro cincuenta, lo miro y observo que tenía una enorme bandera nazi y el fénix verde.

*Una base de lanzamiento antártica nazi, excelente, podre salir a marte más rápido de lo que esperaba, pero como es que los nazis han perdurado*

La alarma dejo de sonar y empezaron a salir de los cuartos, muchos empezaron a correr hacia los elevadores y empezaron a bajar.

*Este lugar debe ser enorme, como es que no estaba enterado de que existía...*

Se escuchó un aviso  en alemán “Siguiente viaje en treinta, capacidad total, Neuschwabenland  perdurara” cuando dijo eso todos dejaron lo que estaban haciendo y fueron corriendo a los ascensores.

*Supongo que es el último viaje… debo llegar, los ascensores no son una opción están atascados y bajar varios kilómetros no creo que sea rápido, bueno… a volar*

Se saltó los barandales y se tiró por el agujero, a medida que bajaba podía ver que había miles de personas, no solo científicos, era una ciudad subterránea, tenía todo, huertos, agua, parques y hasta un campo militar.

*Este lugar… como le han mantenido en secreto, es ¡enorme! Aquí cabrían millones de personas.*

Tardo un poco en llegar hasta el fondo, apunto de verlo activo las alas y estas le detuvieron casi en seco, cayó de pie y observó como el cohete estaba llegando desde el lado derecho, en unos rieles para tren, era descomunal, tenías que levantar la cabeza y alejarte un poco para verlo por completo podía resaltar la enorme esvástica y el fénix.

Había muchas puertas donde  se aglomeraba la multitud, apenas llego el cohete, se abrieron y todos empezaron a entrar, esa cosa era tan grande, media quizá tres kilómetros de alto y trescientos metros de diámetro.

*Quien… cómo… para que… todo esto… no entiendo, como pueden mantener una ciudad enorme oculta, y la tecnología para poder hacer semejantes cohetes y mantener vivo este lugar, los nazis no perdieron el tiempo después de todo.*

“Atención él viaje dará inicio en dos minutos”

*Bien, necesito camuflaje arme en la gente*

Empezó a buscar en todos lados alguna de esas bandas que se colocan en el brazo, entro a una habitación, no era muy grande apenas había una cama, un escritorio lleno de papeles y un ropero; se acercó al escritorio y empezó a buscar en todos lados en los documentos se podía ver que esa persona era una clase de contador, había muchos números y porcentajes, abrió un cajón y en él había una banda, la tomo y se la puso en el brazo izquierdo.

Salió de la habitación y fue corriendo al cohete, llego y fue la última persona en entrar a esa cosa.

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora