27 Precio a pagar

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Iván abrió los ojos y pudo ver que Root estaba sentado en una silla color rojo carmesí, Ania estaba dormida en un sillón del mismo color, estaban en una habitación completamente diferente, tenía paredes de madera, muebles muy elegantes de madera, cristalería fina, cubiertos de plata y tenía una chimenea encendida que era la única luz que alumbraba.

-Hasta que despiertas. Dijo Root volteando la mirada hacia Iván que estaba tirado en la alfombra.

-¿Dónde estamos? Pregunto él dando un medio giro con la cabeza y apreciando toda la habitación.

-Es algo así como un cuarto de ganadores. Contesto Root levantando su mano mostrando un plato con una deliciosa rebanada pastel de chocolate envinado.

Iván se levantó y se sentó en un sillón de una sola plaza, miro hacia atrás de Root y pudo ver una mesa de madera con mucha comida deliciosa; Se levantó de un brinco y corrió hacia ella. Se quedó pasmado al ver tan deliciosos platillos, había pollo asado, carne, muchas frutas, verduras, postres, pan, café, licores, no parecía real.

-¿Puedo? Pregunto Iván  a Root el cual contesto con un movimiento  de aprobación de su mano que tenía un tenedor de platino.

Iván acerco una silla, se sentó y se puso dispuesto a comer todo lo que pudiera, a medida que probaba más y más sus recuerdos de los buenos tiempos volvían, cada sabor era un recuerdo diferente, combinaba sabores haciendo una película de su vida, hasta que termino en el recuerdo del día anterior.

-Vaya que tenías hambre. Dijo Root haciendo movimientos con las manos y mostrando un holograma que se proyectaba de sus ojos verdes.

-No es solo la comida. Contesto Iván levantándose y caminando hacia el sillón.

Ania se giró y empezó a bostezar, se levantó y se veía muy reconfortada, al igual que Iván la habitación era desconocida y la comida era muy atractiva.

-¿Alguno sabe dónde estamos? Pregunto mientras estiraba los brazos.

-No. Contestaron los dos al unísono.

Ella camino hacia la mesa y empezó a comer como si no hubiera fin; las horas pasaron y no encontraban nada que hacer lo único que hacían era platicar.

Se escuchó otro ruido y en la pared se marcó otra vez el fénix pero ahora era rojo sangre, la pared se abrió y la misma persona que los llevo la primera vez estaba del otro lado. Hizo una señal para que le siguieran y así lo hicieron, esta vez era un pasillo muy largo, con muy pocas luces amarillas.

-¿Creen que ya hayamos ganado? Pregunto Ania.

-Si. Contesto Iván.

-No. Contesto Root.

El pasillo se acabó y solo había una pared color blanco, la persona se dio la vuelta, camino hacia ellos, paso de ellos, se dio la vuelta y un vidrio cayo entre él y ellos.

-¿¡Hey que está pasando!? Grito Root-Ganamos justamente no nos puedes encerrar así.

La persona se quedó del otro lado del vidrio inmóvil y sin decir ni una palabra, los tres empezaron a golpear el vidrio con toda su fuerza pero no le pasaba nada, la pared se empezó a levantar y los tres vieron otra vez la arena pero ya no había otras puertas, salieron de donde estaban y pudieron ver al gentílico emocionado.

-Bien, eh aquí los tres ganadores, ahora viene la mejor parte. Los tres deben pelear a muerte entre ustedes… solo hay un ganador.

Al terminar la última palabra la gente empezó a gritar y saltar emocionada, los tres se voltearon a ver. Los tres se colocaron en posición de defensa.

Angel Negro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora