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Pensé que todo había quedado atrás, que mientras más avanzara, los días grises no volverían o que quizás... incluso podrían empezar a tomar aunque fuera un poco de color, pero la felicidad... tal vez es algo que no dura para siempre, que es verdad que hay que vivir con toda la fuerza el presente... el regalo que la vida nos brinda para sonreír. Porque tarde o temprano, los días grises vuelven y en un tono a veces... mucho más oscuro.

Odiaba la idea de relacionarme con los otros reinos...

Jaja... al pensar en eso, solo puedo asociarlo con las muchas veces que te niegas a ver los actos en el teatro andante, leer los manuscritos de los pensadores o probar una comida porque crees que no va a gustarte. Y termina siendo una de tus preferidas.

Ya sea por la razón correcta o no, los obstáculos con los que te enfrentas te harán más fuerte.

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MYTHICAL BUTTERFLY

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Últimamente había tenido esos recuerdos en mente, como si de una forma subconsciente el rompecabezas de mis sentimientos se fuera armando, al pensar en todos los momentos que compartí con ella... y la forma en que siempre me apoyó... y nunca me soltó...

A pesar de todo lo que habíamos pasado al día de hoy... ella... seguía ahí... y ahora con más fuerza que antes. Al darnos cuenta que no podemos estar sin el otro... que separarnos en estar vagando en un mundo lúgubre que no nos llevará a ningún lado y que juntos somos la fuerza.

Podía de nuevo... sentirme feliz... completo...

Aunque solo pensar en el significado verdadero de esa palabra me hace dudar... Un ser completo... ahora soy todo menos eso...

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Los orbes que yacían cerrados a la oscuridad, se abrieron al sentirla moverse tras de él. Acostados ambos en la misma cama, lo aferraba a ella en un abrazo que rodeaba su espalda y colocaba la nuca de su amado, frente a su nariz. La respiración cálida, chocaba contra su piel, lo que no lo tenía muy tranquilo. Pero no quería retirarse... la posición era tan íntima y perfecta que quería permanecer entre sus brazos, el mayor tiempo posible, ahora que podía.

Habían batallado mucho contra eso... el miedo, la inseguridad... que había sido el desgaste que todo aquel ultraje dejó en él y que poco a poco iban venciendo, con paciencia y demostraciones cálidas y tenues de afecto dulce.

Pero no pudo evitar revolverse, se movió incómodo y terminó por sentarse, despertándola en el acto.

No podía permanecer así, el aire se acumulaba dentro de su pecho, deseoso de salir en un grito, que ahoga para no preocuparla a ella ni a nadie, mientras ella penas y abría los ojos, adaptándose a la oscuridad y la poca luz con la que podía distinguirlo.

¿Ali?... —se sentó también.

Lo lamento... es solo que... voy a orinar... —se levantó, sin mayores explicaciones, los ojos ambarinos lo siguieron por el recorrido hasta la salida de los aposentos y al verlo salir, se dejó caer sobre la almohada y suspiró.

Sabía que lo mucho que habían avanzado, no daba por terminada toda aquella situación, que le tomaría tiempo y eso era lo que ella tenía para él... pero no por eso dejaba de ser duro.

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