XIII

483 33 27
                                    


—¡Y es por eso que estoy aquí! ¡La reina y diosa de Underworld! ¡Stacia de Neige! ¡Reclamo como mío! ¡El territorio de Overworld!

La multitud enloqueció al escucharla, los acuerdos y desacuerdos florecían cual llama incandescente que se fundía con la hoguera frente a la diosa, cuyos ojos decididos y entrecejo fruncido, denotaban el mandato recién dado.

SWORD ART ONLINE AU

MYTHICAL BUTTERFLY

XIII

—¡No!

—¡Viva el Príncipe! ¡Vida al príncipe! ¡Vida al príncipe Alistair!

—¡Maten a esa mujer!

—¡Devuelvan al príncipe!

No quería temblar... sin embargo bajo sus vestimentas, podía sentir sus tobillos, apenas sosteniéndola.

—Callad a todo aquel opositor al mandato de Uverworld... —pronunció con suma seriedad y cerrando los ojos se dio la vuelta, para entrar de vuelta al palacio que alguna vez rigió el difunto rey Alistair Primero.

Apenas la puerta se cerró tras de sí, las piernas le fallaron y cayó arrodillada, cual flor rodeada por los pétalos de su vestido de vuelos.

Al verla, Terraria corrió a su encuentro, arrodillándose frente a ella.

—¡Lo hiciste! —la abrazó, rodeándola por el cuello y apretándola contra sí.

—Todo estará bien... a partir de este momento... —la abrazó también, rodeándola con fuerza por la espalda. Para entonces suspirar sonoramente. Todo lo que había tenido que pasar para poder declararse de la manera en que lo hizo, había finalmente surtido efecto. Overworld estaba en sus manos... —Ahora... todo depende de Ali... él... él lo logrará... confío en él... —apretó los ojos, sumergida en la preocupación, sin ser capaz de mostrarle el rostro a su hermana, escudándose en el abrazo que le brindó.

—Por Solus... —logró articular la rubia, mientras la apretaba con más fuerza.

Sus palabras, llevaron a la diosa de la vida a apretar los puños, mientras abría los ojos y miraba hacia el cielo, tratando de controlar la laguna que se formó al instante bajo en sus orbes ambarinos.

—Por Solus... —respaldó al asentir acallando el quejido de dolor que pronunciar el nombre le acarreaba.

—Mi diosa... lamento la interrupción... —se acercó el fiel vasallo del Príncipe de Overworld, llevando una carta sellada con cera y el sello real de la localidad. Visto a simple vista, al ser extendida hacia ella por parte del alto hombre moreno.

—¿El sello real? —se limpió rápidamente las lágrimas y ayudando a su hermana a levantarse, tomó el mensaje en manos.

—Gracias Agil-san...

—Su alteza... digo... Su Majestad... —La miraba con la inminente necesidad de conocer si en el contenido de aquel envío, hablaba de la salud de su amado príncipe.

—Tu amo... —negó con la cabeza, aun y cuando no notó molestia en llamarle así al príncipe. —Alistair seguramente está bien... —lo miró para luego bajar la vista a la carta y finalmente liberar el sello de cera.

Mi adorada diosa:

Aún con el profundo dolor dentro del pecho, por la perdida insuperable que se vivió, no puedo dejar de actuar y tal como lo prometí, he llegado junto a las campañas incógnitas de Overworld al reino del sur.

Mythical ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora