XXV

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MYTHICAL BUTTERFLY

XXV

La habitación se había quedado completamente a oscuras, al igual que el resto del palacio. Mientras la brisa de la tormenta se hacía cada vez más potente, enredando las ramas contra el tejado, produciendo sonidos de raspado con cada oleada. Apagando a su paso las luces de los candiles que colgaban de las paredes.

Los pasos en la oscuridad, recorrían las escaleras que separaban la planta baja de los aposentos reales del joven príncipe.

No había custodios, en ninguna de las direcciones del pasillo frente a la puerta, por lo que, tras voltear a ambos lados, continuó su paso.

La persona bajo aquella capucha oscura, se acercó a la puerta cerrada de la habitación y al no escuchar nada, elevó un poco la mano para impactarla contra la madera en dos ocasiones.

–¿Ali?... –No era normal... incluso estando molesto, siempre le respondía, por lo que giró la manecilla de la puerta, la cual para su sorpresa se abrió. Sabía que últimamente se encerraba para no tener más contacto que el verbal, con las personas dentro del castillo.

Entró a los aposentos y cerró con cuidado y con seguro, la puerta, para al instante, deslizar la capucha sobre sus cabellos, exponiendo su larga coleta castaña, oscurecida a la profundidad de la noche.

Entonces pudo observarlo... al acercarse con pasos sigilosos a la cama. El príncipe se había quedado dormido, cual se hubiera desmayado sobre el colchón, con la ropa puesta y sin arroparse, junto al pergamino que desde la tarde estaba leyendo, deslizado de su mano.

–Ali...

¿Cuánto tiempo tenía desde que no le veía dormir así?... Desde que la relación entre los dos se estrechó aquellos días, una preocupación tras otra lo embargaba, por lo que no podía más que permanecer a su lado para alentarlo.

Esa noche habían dejado cita para encontrarse a la madrugada, pero todo indicaba que el cansancio lo venció, pero era mejor así.

¿Estaba... sonriendo?... Dio dos pasos hacia atrás al notarlo. ¿Qué clase de sueño feliz podía hacerle poner aquel gesto al dormir?

Bajó la mirada al pensar que, aunque sea en sueños... era justo que se relajara.

—...Stacia...

—¿Qué?... —Logró escuchar sonido emitido entre sus labios, pero no entendió a qué se refería.

.

.

.

¿Un arbusto?... ¿Es... de verdad?... ¿Un arbusto de moras?... Pero es tan raro ver algo así en Overworld...

No... esto no es Overworld...

Una vez pude alcanzar las ramas más altas... porque son las que reciben el poder concentrado de Solus...

Porque ella las quería...

Siempre me estiraba lo más que podía tratando de alcanzarlas, pero no podía.

Entonces Stacia me llamaban Niño...

No soy un niño...

¿Eh?...

El árbol que hasta hace unos segundos se asemejaba a mi altura, ahora luce enorme y nuevamente, por más que me estiro, no puedo alcanzar las ramas más altas. Mi nombre no es Eugeo...

Mythical ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora