XXIX

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MYTHICAL BUTTERFLY

XXIX

—¡Nadie puede decidir quien vive o quien muere!

—¡Yo sí puedo! —respondió altivo. —Como tú y ese niño dentro de ti... si yo lo quisiera... podría mandarlos matar en este instante... o podría hacerlo con mis propias manos...

—¿Es en serio?... ¿A ese punto llegas para demostrar tu poder?... ¿Amenazar la vida de tu hijo?... ¿Esto es lo que eres?... ¡¿Dónde está mi Alistair!? ¡Devuélveme a mi Alistair! —gritó desesperada.

—Ese rey... no era más que una máscara... ese Alistair por el que lloras... ya no existe... Mi diosa... —sonrió regocijante ante sus lágrimas pesadas, que la obligaron a arrodillarse al no poder con todas aquellas palabras tan duras, dichas en una cascada de odio...

—...Ali —caían gruesas las gotas de sus lágrimas hacia el piso de tierra, mientras apretaba con fuerza los párpados, tratando de controlarse, pero el dolor era inmenso.

Se había ido... en verdad...

Aquel ser por cuya existencia llegó a sentirse valiente y fuerte... amada...

No podía despegar los párpados, manteniendo los ojos cerrados, mientras las lágrimas salían sin poder contenerlas, lo único que quería era poder sacar todo ese dolor de su interior, que escapaba entre quejidos en su respiración cortada. ¿Qué podía hacer?...

—No llore... —Aunque seria, la voz, la iluminó a levantar la mirada, los ojos platinados la miraban profundamente.

—Ali... —trató de soportar los sollozos.

—Asuma sus errores, así como yo los míos...

—¿Errores?... ¿Pero qué clase de error cometí al amarte?... —preguntó con el alma estrujada, para comprender por si misma, la pregunta que había expresado...

"El amor de una diosa le pertenece a su pueblo" "El deber de una diosa es para su pueblo" "Una diosa es inmaculada"

Verse a si misma, en los recuerdos que venían desde lo profundo de su memoria, estando sentada en las grandes bibliotecas de Underworld, siendo solo una niña que descubría el mundo a través de todas esas grandes y profundas escrituras de artes sagradas, la hizo comprender... que aquel día... en que había decidido salir a explorar en las afueras de su palacio y encontró a aquel pequeño entre los arbustos, tras haberse robado su comida, fue el peor error que jamás pudo cometer.

¿Acaso no hubiera sido mejor no conocerlo?...

¿No hubiera reinado al lado de su hermano como era su deber y destino?...

¿No sería una diosa pura aún?...

—Por la expresión de su rostro, puedo ver que lo ha comprendido...

—Es verdad que las cosas hubieran sido muy distintas... —se limpió las lágrimas. —Pero... —sonrió, provocando la sorpresa en el rostro del rey. —Pero no me arrepiento...

—¿Cómo es posible?... —las lágrimas que se salían a goteos esporádicos, sin ser notadas, se le corrieron una vez más, tras escucharla.

—Por que Ali... a tu lado... me sentí viva... mi corazón saltaba y mi sonrisa nunca se escondía... aunque me fue difícil aceptarlo a mi misma... me enamoré... con mucha fuerza... —se llevó una mano al pecho al recordar la calidez del sentimiento. —Quería... verme bonita —sonrió, sintiéndose tan triste al revelarle sus intimidades que tal vez la persona que ahora tenía en frente no recibiría, como su amado lo haría... ofreciéndole sus besos recompensa o sus bellas palabras de aliento que borraban sus inseguridades en segundos.

Mythical ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora