XXXII

240 21 180
                                    

SWORD ART ONLINE

MYTHICAL BUTTERFLY

XXXII

El aire no iba a llegar... el aire no iba a llegar...

Desesperado abrió los ojos bajo aquel manto líquido, que lo llevó a buscar la superficie en el mismo instante.

Estaba sentado mientras su rostro sumergido en la calidez de aquella caldera, cuya viscosidad no lo dejaba alejarse, lo llevó a juntar las manos al piso resbaladizo para sostenerse, mientras con el tanteo notó la forma del recipiente en el que se encontraba. Era una bañera, por lo que se agarró con fuera de la orilla, con una mano, mientras con la otra se despejaba el rostro, notando al instante las gotas de aquel rojo espeso deslizándose entre sus dedos y goteando de su mentón hacia el resto del líquido de aroma a hierro en el cual estaba sumergido.

No podía creerlo... estaba completamente embarrado... el olor era tan penetrante que lo mareó y produjo náuseas al momento de comprender... que todo aquello bañándole de cintura hacia abajo era sangre... nada más que espesa y grumosa sangre.

—Ahhh....ah... —temblaban sus labios, con sonidos inteligibles.

—Pensé que nunca te saciarías de la sangre de ese enano repulsivo... Pero un par de horas y algunos minutos fueron suficientes para asquearte...

—¿Qué... qué hago aquí?... ¿Horas?... —preguntó al entender lo que recién le informó su acompañante. La misma mujer de larga caballera púrpura-plateada.

El líquido tibio le recorría la piel, con la sensación de viscosidad que no lo abandonaba, al punto de desesperarse por estar ahí dentro, pero la debilidad era tan grande que apenas y podía sostenerse.

—Creo que no lo recuerdas... pero eso fue lo que pediste. —Cruzó la pierna frente a él, cual yaciera sentada en el aire.

—¿Eh?... —la respiración se aceleraba cada vez más, al punto de empezar a sentir dolor en el pecho. —No... ¡No! —movió la cabeza, al apretar los párpados, salpicando el piso con sus mechones pegados entre sí.

—Es la verdad... parecía que ibas a reventar sus entrañas y a beber la sangre directamente de ellas... no podías calmarte...

Cuando lo notó, estaba parada frente a la bañera, mientras él aún yacía cabizbajo ante sus confesiones. Y es que no lo recordaba... pero las cosas habían cambiado... lo sentía en su ser, empezando por el ala que había arrastrado colgando de su espalda todo ese tiempo... no estaba, sus uñas... estaba seguro que aquella sensación de haber aruñado algo hasta desgarrarlo era efecto de los eventos recientes. Se había transformado nuevamente sin tener el más mínimo control...

¿Por qué?...

¡¿Por qué si se supone que pasó todas esas largas horas de sufrimiento para que la bestia aflorara y fuera sellada?!

Antes que lo notara, su mirada se inundó de pequeñas gotas que al juntarse unas con otras, se deslizaron sobre sus mejillas. Ya no había salvación... hiciera lo que hiciera la bestia regresaría una y otra vez... mientras él se perdía en lo profundo de la inconsciencia y un día... despertaría con el cadáver de su amada al lado... si es que dejaba algo de ella...

—Veo que... finalmente lo comprendiste... —lo tomó de los cuernos, que habían aflorado en su cabeza con la transformación reciente y lo juntó a su abdomen descubierto. —Ni tú... ni yo... somos seres que podamos convivir con los humanos... o los dioses... —entrecerró los ojos al mencionarlo. —Solo nos tenemos a nosotros... Yo... que soy tu maldición... y tú que eres mi muerte...

Mythical ButterflyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora