Capítulo 3

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El fin de semana llegó muy pronto para Oriana, intentó sacarse de la cabeza los resultados de ADN y seguir engañándose. Es que la idea de que tenía una hija con el famoso jugador de fútbol Paulo Dybala, por una noche que ni siquiera recordaba, era tan descabellada y absurda que le resultó fácil enterrarla en un rincón olvidado de su mente. Para ella, era una de esas cosas que a uno le da vergüenza acordarse y cuando venía a su mente, sacudía la cabeza y sustituía el pensamiento por otra idea más reconfortante.

En esos momentos estaba empacando algunas pertenencias en un bolso mediano. Cata insistía en llevarse todos sus juguetes mientras su madre intentaba hacerle entender que no podían llevarse dos bolsos tan grandes a Turín.

- Pero mamá, necesito mis juguetes- explicaba la niña. Oriana sonrió, ese gesto le recordó a sí misma.- ¿De qué te ríes, mami?

- Nada. Me recuerdas a mí-se encogió de hombros.

- ¿Entonces no puedo llevarme todos mi juguetes, ma?

- Son demasiados, cielo. Y no los vas a usar todos...

- ¡Pero me voy a aburrir mamá! – dijo Cata rodando los ojos.- Además, no pesan nada...

- No podemos Cata, lleva solo tus favoritos – se resignó Oriana. – Además, si pierdes alguno en la casa de Lucía no quiero quejas, ¿queda claro?

- Si mami... - dijo Cata. Oriana siguió acomodando las cosas y doblando la ropa.- Mami...

- Dime...

- ¿Mi papá está muerto? – Oriana la miró. Un peso horrible había caído sin piedad en su pecho. Catalina a pesar de ser una nena, era muy directa cuando quería.- Es por eso que no quieres hablarme de él. Por eso no lo conocí nunca ni lo voy a poder conocer...- Cata le sostenía la mirada con sus penetrantes ojos. Oriana lo hizo también, pero le costaba horrores soportar sus ojos clavados en los suyos.

- ¿Tenemos que hablar de eso ahora?

- Nunca quieres hablar de mi papá.-

- No es así...

- Si. Yo quiero saber de él...- insistió.

- Cata... - la niña bajó la mirada. Sabía que su madre no iba a decirle nada y eso le dolía. Oriana se sentó en la cama y la abrazó.- ¿Dante no es lo suficiente para ti?

- Lo quiero. Pero él no es mi papá- Alma nuevamente la inyectó con sus ojos y Oriana, al mirarla recordó intensamente a Paulo Dybala. Por primera vez asoció las dos miradas y maldijo la hora en que hizo los condenados análisis. La verdad era insoportable. Ahora era muy fácil relacionarlos y tan difícil pensar el lazo de sangre que absurdamente los unía.

- Es cierto, Dante no es tu papá.- reconoció con pesar. Sentó a Cata en su falda y su hija la miró esperando una respuesta sincera.- Te diré algo mi amor, te lo mereces. Tu padre no está muerto. – Cata sonrió - Pero yo... no quiero que lo conozcas.- A la niña se le borró la sonrisa rápidamente.

- ¿Por qué? ¡Es mi papá!

- Él no te hará nada bien, mi amor.- dijo Oriana acariciándole el pelo.- No es bueno que sepas de él...

- ¡Quiero conocerlo! – declaró Cata empezando a enojarse.

- No va a poder ser. - Oriana se sentía la peor de todas.

- ¿Me dices su nombre? – rogó la niña con tristeza

- Supongo que no estaría mal que te lo diga... ¿no? Es un nombre muy común... – Dijo Oriana más para sí misma- Él se llama...- pero la puerta de habitación de Cata se abrió, interrumpiendo la frase, y un joven rubio entró por ella con una enorme sonrisa. Tenía ojos pardos y unas facciones armónicas.

Te Guardo.  [Paulo Dybala x Oriana Sabaniti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora