Te Guardo. [Paulo Dybala x Oriana Sabaniti]

Capítulo 22

- ¿Qué...?

- Tiene derecho a permanecer callada. – Dijo un policía – Queda detenida por asalto.

- ¿Qué dice señor? – Saltó Oriana asustada – Yo no hice nada...

- Tiene que acompañarnos señorita. – Dijo rígidamente el policía- Mí nombre es Walter Turner.

- ¡Ya sé quién es! – Le espetó ella mirando su placa- ¡Le dije que yo no tuve nada que ver con el asalto! – gritó Oriana sacada. Los policías ignoraron esta declaración y corrieron a esposarla- ¡No! ¡Suéltenme!

- ¿Qué está pasando aquí? – Era Lucía que había regresado.- ¡Oriana! ¿Qué es ese dinero?

- ¡No lo sé Lucía! – Mugió su amiga desesperada- ¡Me están acusando de haber asaltado la tienda de Paulo!

- ¿Qué? ¡No, no pueden llevársela! ¡Ella no hizo nada!

- Señorita Webster, ¿este es su departamento? – ella asintió- Bien, encontramos a Oriana Sabatini con cuarenta mil euros, hace algunos meses recibimos información de alguien que habría visto el ataque, y nos señalo que una de las bolsas llevada consigo un GPS apagado, cuando este se activase nos diría en donde específicamente se encuentra el dinero y nos consta que esa bolsa fue robada en el asalto a hace unos meses...

- Pero es algo muy estúpido ¿no cree?- señaló Lucía.- Quién iba a tocar los botones si sabía que era un GPS, obviamente Oriana no lo sabía. – Intentó explicar Lucía desencajada- ¡Nosotras no hicimos nada! ¡Su hija Catalina y yo fuimos rehenes en ese asalto, señor!

- Usted no va a quedar detenida, pero me temo que estamos obligados a demorar a Oriana...- dijo Turner con decisión- Muchachos, procedan...

- ¡No! – Oriana forcejeaba desesperada.

- ¡Oriana, cálmate! – Terció Lucía desesperada- ¡Llamaré a Paulo! ¡El aclarará todo esto!

- ¡Soy inocente, yo no robé nada! – Decía Oriana mientras comenzaba a llorar- ¡Les juro que no entiendo como ese dinero vino a parar a mi placard! ¡Deben creerme, estoy diciendo la verdad!

- ¡Están cometiendo una grave injusticia! – gritó Lucía.

- Si es inocente entonces no deben preocuparse – la tranquilizó el policía con serenidad- Seguramente podrá demostrarlo...pero nosotros debemos proceder...

- ¡No!

- ¡Por supuesto que soy inocente! – gritó Oriana.

- Vamos, señorita, si se resiste será peor – apuró el hombre, empezando a impacientarse. Lucía y Oriana se miraron.

- Oriana, la policía tienen razón. Esto es un malentendido – dijo – Pero pronto se aclarará...

- Sí, pero...- se le empañaron los ojos.

- No temas; llamaré a Paulo y él intercederá. Tú no eres una ladrona – se abrazaron.

- Por favor, señoritas, estamos perdiendo el tiempo – intervino un policía cansado. Oriana, muy consternada estiró las manos y se dejó poner las esposas- Bien... vamos... permanecerá en la oficina de demorados hasta que el juez la interrogue.

- Lucía, haz algo por favor...– le rogó a su amiga.

- No te preocupes, ya mismo iré para su casa.