Capítulo 15

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- Hola...- el corazón bombeaba y temió que ella pudiera oírlo. Oriana no pudo emitir sílaba.- ¿No me vas a saludar?

- Hola – contestó intentando sonar indiferente. Paulo observó sus ojos y se dio cuenta que no eran los mismos que él conocía, yacían perdidos, desorientados. Su expresión lo alarmó, lo estremeció. Parecía distante, efímera, incapaz de reaccionar.

- ¿Te sientes bien? Estás muy pálida.- dio un paso adelante, pero Oriana retrocedió.

- Sí, claro que estoy bien –dijo fríamente, esquivando sus ojos. No lo mires a los ojos, no lo hagas Oriana... - Me tengo que ir.

- Espera – Paulo tomó su brazo. Oriana se soltó con brusquedad.- Estuve con Cata el sábado.

- Ya lo sé.- contestó ella- Catalina me lo dijo...

- Ah... - Paulo sintió un peso en el estómago por su indiferencia- ¿cómo estás?

- Excelente...-Oriana mantenía la vista en un auto negro con vidrios polarizados que se encontraba estacionado enfrente. Se dio cuenta que las manos le temblaban. Paulo se alarmó, ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué lo evadía?-Estoy muy bien, hasta luego.

- ¿Por qué no me miras? – le dijo suavemente- ¿Qué te pasa?

- No puedo...-contestó Oriana mirando el suelo.- No debo hacerlo... -dijo sin quitar la vista del suelo.

- ¿Tanto rechazo te produzco, Oriana? – dijo él dolido.

- No... no quiero tener problemas con Dante. – Replicó ella.

- Ah, ya veo... -él sentía como si algo se rompiera adentro- Entiendo que no quieras tener problemas con él...

- Es mi pareja –se excusó Oriana.- Me tengo que ir, Paulo. Hasta luego...

- ¿Estás muy bien con Rizzo? – dejó salir él con rencor.

- Sí, estamos bien. – contestó con regodeo.

- ¿Lo amas? - inquirió él con escepticismo.

- ¿Por qué todo el mundo me pregunta eso? – se ofuscó ella.

- Será porque no te ves feliz – apuntó Paulo con aspereza.

- Estoy muy feliz. – dijo ella de forma neutral- Tengo que irme.– hizo una falsa sonrisa y se fue hasta su edificio. Paulo la siguió.- Vete, Paulo... - intentaba meter la llave en la puerta pero los nervios no la dejaban.

- ¿Por qué estás tan nerviosa? – Oriana se dio vuelta bruscamente.

- No estoy nerviosa- afirmó con los dientes apretados.

- Mira, te tiemblan las manos... -dijo él enternecido y las apresó en las suyas.

- Vete, déjame tranquila -dijo ella soltándose.- Te lo digo en serio. No debo estar cerca de ti, no debo... - farfullaba.

- ¿No debes? ¿O no quieres? – saltó Paulo ofendido.

- ¡Las dos cosas!

- ¿Quieres que me vaya? – murmuró él dolido.

- Necesito que lo hagas. –le dijo con una indolencia nada propia de ella – Yo no debo estar cerca de ti...

- ¿Por qué?

Te Guardo.  [Paulo Dybala x Oriana Sabaniti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora