Capítulo 11

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El entrenamiento de ese jueves empezó de forma óptima. Las condiciones eran excelentes para practicar en la cancha abierta. Paulo corría sobre el campo de entrenamiento pensando en todo lo que le había ocurrido estos últimos meses. Era una suerte haya suficiente tiempo de cara a lo que sería el enfrentamiento con Parma, partido crucial para mantenerse en la punta. Lo cierto es que después de que Oriana haya rechazado su invitación a cenar el pasado sábado se sentía algo desanimado. A pesar de eso, el encuentro en la tienda significó un avance en la relación. Él estaba seguro que Oriana se sentía atraída a él, pero le costaba dejarse llevar. ¿Por qué ella no se permitía vivir lo que sentían? ¿Por qué tomaba distancia de él? Paulo no tenía respuestas concretas a eso. De repente se le vino una imagen a su mente y recordó que la noche anterior había soñado con la Desconocida... ¿o había soñado con Oriana Sabatini? No estaba seguro, las imágenes se superponían, eran confusas. Otra persona que no dejaba de salir de sus pensamientos era Dante Rizzo. La reacción de Oriana durante la discusión en la tienda fue una señal de alarma para Paulo. Sin ninguna duda, ella se había comportado como si temiera que él vaya a golpearla... a Paulo lo carcomía una inminente necesidad de hacer algo para averiguar sobre Rizzo y su trato para con Oriana, pero no tenía en mente qué. ¿Dante era un violento? Paulo pensaba que sí, y sus percepciones de casi siempre eran ciertas.

De pronto sintió un dolor atroz en el hombro; perdió el equilibrio y sintió gritos a su alrededor. Paulo gimió de dolor sosteniéndose su hombro. Enseguida Douglas, Cuadrado y los demás jugadores lo rodearon.

- ¿Qué diablos estás haciendo Paulo? – Lo regañó el entrenador ceñudo- ¿No viste la pelota que venía?

- ¡Estaba distraído! – se burló Bentancourt con una sonrisa.

- No me rompas las pelotas...- soltó Paulo con los dientes apretados. Douglas se arrodilló su lado.

- Te sacaste el hombro de lugar...

- ¡Ay cabrón! No me toques.

- ¡Apuremos esto! – bramó el entrenador enojado. -Será mejor que llamemos a los docotres- propuso otro de los jugadores.

- No están aquí en el club – informaron bufando.

- ¿Cómo que no están? – Dijo Paulo indignado - ¡Me duele como la mierda!

- Lo siento Paulo, se fueron a un curso sobre lesiones de la rodilla en específico...

- Dybala estaba pensando en sus joyitas– rió Mandzukic- ¿Quién te tiene tan en las nubes?

- Cállate...- los demás rieron.

- Creo que deberías ir al hospital– dijo el entrenador preocupado –Con un movimiento, los doctores curarán en ese hombro...

- ¡De ninguna manera iré a...! – Paulo se interrumpió bruscamente -¿Al hospital dijiste?

- El hospital, Paulo – se ofuscó Massimilliano - ¿Qué desayunaste, vodka?

- No seas imbécil... es buena idea lo del hospital... suena muy bien -sonrió pensando en Oriana- Hay alguien que podría curarme en un abrir y cerrar de o... ¡ay! – gimió de dolor.

- ¡Apúrate! Yo te llevaré en mi auto...

Alessia almorzaba compulsivamente frutillas con crema y su novio la miraba con algo de repulsión. Los síntomas de los primeros meses de embarazo no tardaron en aparecer y su humor era cambiante. Martín estaba preocupado por sus reacciones, pero Catherine se encargó de calmarlo por teléfono, planteando que era normal que las tenga sobre todo en madres primerizas... y le avisó que pronto viajarían todos hacia Turín.

Te Guardo.  [Paulo Dybala x Oriana Sabaniti]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora