¿Cómo te sentirías al ocultar tu verdadera forma de ser? ¿Tener que actuar todo el tiempo para que las personas no se decepcionen de ti? ¿El tener que ocultar tus sentimientos? ¿Cómo te sentirías?Seguramente como yo, decepcionado de ti mismo. No es...
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El viernes estaba cerca y los chicos comenzaban entre ellos a ser planes para este fin de semana. Pizza y cine eran los planes en cual Riley y Micaela hablaban en medio del comedor.
Ugh.
Es tan molesto salir con ellos dos. Riley es mi amigo, pero con Micaela casi ni hablamos. Comienzo a comer mi manzana, para tener algo en el estómago, pero lo deseché sin terminar.
—No has comido nada —susurra Riley cerca de mí—. ¿Me tengo que preocupar?
—No —respondo rápidamente. Riley frunció el ceño—. Comí una manzana.
—Manzana que no terminaste —dijo, tomando un poco de su bebida y luego me miró—. ¿En qué piensas tanto?
—¿Quieres saber todo lo que pienso? — pregunté algo molesto.Sabía que no le iba a interesar—. ¿Todo?
—Bien... si lo dices así. Pues no. —rió.
¿Por qué todo lo tomas a burla? Joder.
Me levanté de la mesa de la cafetería dejando a Micaela y a Riley almorzando solos, eso es lo que necesitan, ¿no? Me dirigí a mi casillero, saqué algunos libros de mi mochila y los metí para no tener tanto peso en ella, revisé mi horario y me llevé los libros correspondientes. Cuando cerré el casillero me encontré con Mason recostado de espaldas mirándome.
—¿Qué haces aquí? —pregunté fríamente.
—¿Siempre eres así de rudo? —respondió Mason con una sonrisita burlona.
—Para de molestarme. —acomodé la mochila en mi hombro—. ¿Qué quieres de mí?
—Ehm... —Mason se alboroto el cabello, paso la lengua por sus labios—. Buena pregunta, pero ahora no es momento de responderla.
—¿Entonces? —fruncí el ceño.
—Te veo luego. —se alejó
Fui a clases de sociales llegué temprano para que no me molestaran con eso otra vez. Está clase la compartía con Riley, él llegó y me saludó como siempre, se puso a usar su teléfono ignorándome. Últimamente está un poco raro, puedo notarlo.
—Hoy iré al cine con Micaela, luego vamos a comer pizza. —me dijo Riley sin despegar la vista del celular.
—Si, lo sé. —dije mientras dibujaba en la parte de atrás de mi libreta—. En la cafetería no paraban de hablar de aquello.
—¿Tienes planes? —me preguntó.
—No, pero algo inventaré. —dije—. Tal vez salga con Elena.
—Muy bien. —me giró para verme serio—. Deberíamos salir los cuatro algún día.
