Capitulo 3: Sé tu secreto.

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Estaba revisando en la gaveta de los cubiertos para la cena esta noche cuando noté en mi dedo un fuerte dolor

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Estaba revisando en la gaveta de los cubiertos para la cena esta noche cuando noté en mi dedo un fuerte dolor. Tiré mi mano en el aire para ver que mi dedo estaba sangrando. Me dolía. Me aferré a mi dedo y cuando miré hacia arriba Mason estaba mirándome. Mason rápidamente salió disparado de su silla y se acercó a mí.

—¿Qué paso? —me preguntó con preocupación.

—Creo que me corté accidentalmente. —dije un poco nervioso.

Sostuve mi dedo con fuerza mientras empezaba a temblar y más sangre se derramaba por mi dedo. 

¿Tiemblas al cortarte? Irónico

No te dí permiso para hablar.

  Empecé a gemir de dolor cuando él tomó mi dedo sangrando, lo limpió con un papel  y besó en el corte con mucho cuidado.  

Puta madre, ¿qué hace?

Lo miré con confusión. Mi mamá estaba en la otra sala y podría entrar en cualquier momento, y... ¿Qué le diría?

Mamá soy gay y casi me follo a Mason en mi cuarto.

No tenía otra opción, de alguna manera me hace sentir mucho mejor. Yo estaba respirando pesadamente porqué me dolía mucho, él me miró fijamente. Tener a Mason tan cerca de mi me agita, me hace perder mi concentración, es como si te estuvieran moviendo el piso.

—¿Estás bien?  —preguntó en voz baja. 

 // 

Me desperté  por un  zumbido en mis oídos y con mi mano apagué la alarma sin necesidad de abrir los ojos. Gemí un poco y volví mi cuerpo, estando ahora de mi lado izquierdo. Tomé una respiración profunda, sabiendo todo lo que va a pasar hoy. Ni siquiera tengo que pensar en lo que va a pasar hoy. Levanté mis piernas sobre la cama y me levanté de esta. Me froté los ojos mientras estaba en el suelo y bostecé ruidosamente. Entré en el cuarto de baño que estaba conectado a mi habitación. Estando en la ducha recordé lo que pasó ayer con Mason. 

Soy un imbécil aun no sé cómo puede ser tan débil al frente de Mason, ahora tal vez le diga a todos en la escuela lo que paso. Pero me da igual, lo que podría perder es a mi mejor amigo. Si, ya que él es un maldito homofóbico. Pero tengo la esperanza que los homofóbicos entiendan algún día que es el amor. Estoy cansado de ocultar las cosas, tener que fingir amor hacia las chicas, tener que callar a mi corazón porque no puedo estar con la persona que quiero. Dicen que el que quiere puede, pero yo lo quiero y no puedo. ¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no puedo afrontar todo esto? Soy un maldito cobarde. Tal vez esta sea in oportunidad para que todos sepan la verdad.

Después de haberme vestido bajé a la cocina y al estar al frente al refrigerador encontré una nota de mi mamá que decía: Cariño, surgió algo importante, así que no voy a estar aquí para el fin de semana. Lo lamento, Cal.

Estupendo estaría todo el fin de semana en casa con mi padre, igual es como si estuviera solo porque esta todo el día y parte de la noche en el trabajo, quien sabe que hace ahí. Llamé a Riley, quería salir hoy a despejar mi mente aunque estando con él lo único que hago es frustrarme, pero no importa.

—Bro, salgamos —dije al escuchar un hola al otro lado. 

—Bien —hubo un silencio—. ¿A qué hora? —preguntó.

—Paso por ti en una hora, está listo —dije—. En serio, está listo —Riley era de los chicos que demoraban más de hora en alistarse. He conocido chicas que tardan en arreglarse, pero él las superó.

Escuché como reía. —Tranquilo no te haré esperar tanto. —dijo y colgó el teléfono.

Salí de mi casa en busca de un café mientras se pasaba el tiempo, no quería quedarme en mi casa solo, me deprimía como siempre solía hacerlo. Escuché mi celular sonar y contesté.

—Cal, ya estoy listo nene. —Escuché nuevamente su risa, era contagiosa.

—Voy saliendo.  —Le dije y colgué.

Llegué rápido a la casa de Riley y para mi suerte, como dijo,  él ya estaba afuera esperándome.

—¿Qué hay? —dijo mientras se montana en el auto y se colocaba el cinturón.

—Todo bien. —mentí.

Nada está del todo bien.

—¿Y Elena? —me preguntó—.  Mica me dijo que no se encontraba bien, ¿has hablado con ella?

—No. —respondí seco. En realidad no sabía nada de Elena desde ayer después del colegio.

—Ustedes son raros. —hizo una pausa, así como siempre—. No, tú eres raro. —me miró con el ceño fruncido—. No sé como Elena puede seguir contigo.

—Porque yo no cojo con putas —dije con el mismo tono, mirándolo por un segundo y luego volví mi vista al camino. Reí.

—Eres un imbécil —dijo mostrándome su dedo del medio, ese lindo dedo que puede servir para muchas cosas.

Aparcamos el auto, fui al maletero por mi skate y luego seguí a Riley. Estaban nuestros "amigos", o eso decían que eran. También estaba Mason, tengo la gran suerte de que a todos los lugares que voy me lo encuentro. Decidí evitarlo porque no quería hablarle, lo de ayer solo había sido un error. Me alejé del grupo donde estábamos, caminé por la acera y al ver una silla quise sentarme.

—¿Me estás evitando? —dijo una voz atrás mío. 

—No. —dije seco.

Mason se sentó a mi lado, pero no lo suficientemente cerca para que alguien sospechara de algo.

—¿Así me hablas después de lo de anoche? —me dijo tratando de hacerse el ofendido.

—Ya te lo he dicho, Mason. —dije fríamente—. No soy como tú, aquello fue un error. —traté de que sonara lo más creíble.

—No soy idiota, Caleb. —dijo sonriendo—. Sé que eres gay.

Me quedé atónito no encontraba las palabras para contradecir aquello.

—Tu secreto está a salvo conmigo. —dijo y se alejó.

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Los próximos capítulos estarán más interesantes, quiero ver sus comentarios díganme que tal les parece la novela, o déjenme un voto.

Gracias por leer<3

—Kath.

Everything has changed. (Gay) - En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora