Ha pasado un jodido año desde la última vez que lo vi, si, un maldito año. El tiempo pasa demasiado rápido, me hubiera cambiar algunas cosas de aquel día en el aeropuerto. Le habría dicho que se quedara, que lo amaba mucho como para dejarlo ir, pero no fue así porque él se marchó. No le deje ir, mierda lo deje ir. A veces me detengo y miro a mi alrededor, y me pongo a pensar en lo que hice con mi vida. Hace un año atrás yo no me esperaba todo esto.
―¿Caleb? ―Escuché como Riley llamaba desde la habitación―. ¿Estás bien?
Me encontraba en una esquina del baño, con la navaja en la mano debatiendo si tenía que hacerlo o no. Necesitaba de aquel frío metal para calmar todo esto que llevo por dentro. Pensé que me había controlado, pero todo es temporal. Siempre regresan esas ganas y es que una adicción es una adicción, nunca se va del todo.
―Caleb, ¿me estás escuchando? ―Volvió a decir―. Si no me abres la maldita puerta, juro que..
―Joder, cállate. ―Le grité―. Estoy bien, Riley.
―Ugh. ―Suspiré―. Eres un caso perdido, Bennett.
Si lo soy.
Me levanté y camine hasta el espejo. Me miré por unos segundos y reflexioné.
¿Qué estoy haciendo? Debería dejar esta puta navaja y seguir adelante.
Muy bien, así es.
Prendí el lavabo y tomé un poco de agua para enjuagarme la cara. Demoré unos cuantos minutos y luego agarré la toalla y me sequé. Salí del baño, me dirigí a buscar a Riley quien-sabe-donde-se-haya-metido.
―¿Riley? ―Dije entrando al living. Él se encontraba viendo The Vampire Diaries, mientras comía galleras oreo con nutella.
―¿Qué pasa? ―Preguntó sin quitar su vista de la televisión. Caminé hasta el sofá y me tiré, quedando a su lado.
―Discúlpame por lo de hace un rato. ―Dije, me acomodé en su regazo con la intención de ver la serie.
―Sé que estás en tus días. ―Él rió.
Hice una risa falsa. ―Buen chiste, idiota. ―Dije, golpeando su hombro con fuerza para luego salir corriendo.
―Ese es mi brazo para lanzar, imbécil. ―Riley se levantó del sofá, dejando la bandeja donde estaban las galletas y la nutella encima del mismo―. Te voy a atrapar.
Corrí lo más rápido que pude hasta la habitación de mi mamá, ya que la mía un quedaba un poco más lejos. Al entrar ella me miró un poco extraño.
―¿De nuevo lo golpeaste? ―Preguntó mi mamá sin quitar la vista del ordenador.
Me recosté al lado de mi mamá en la cama, fijé la vista en el ordenador y miré lo que había buscado. Había un artículo acerca del cáncer de pulmón. Me quedé extrañado.
―Si. ―Dije después de un rato.
―Te va a matar. ―Comentó mi mamá dejando a un lado el ordenador―. La última vez que lo golpeaste lo dejaste mancado una semana.
―Lo sé. ―Dije partiéndome de la risa.
Ese día estábamos jugando a la lucha libre, y él me golpeó lo más preciado del mundo, mi nariz. Así que yo no dudé en actuar, entonces le golpeé su brazo lanzador. Fue muy gracioso, se quejó durante días. Estaba sensible y todo aquello.
―Caleb, sé que estas adentro. ―Escuché aquella fría voz y casi me da un paro cardiaco.
La verdad si le tenía un poquito de miedo.
―Caleb no esta aquí. ―Dije tratando de imitar la voz de mi mamá.
Mi mamá rió por lo inmaduro que era. ―Mason ya cálmate. ―Dijo levantándose para abrir la puerta.
―No mami, el monstruo está afuera. ―Dije tapándome con las sabanas―. No lo dejes entrar.
Mi mamá negó con la cabeza y abrió la puerta. Salió y cuando no escuché ruidos levanté un poco la sábana y vi que no había nadie. Luego sentí que alguien salaba encima de mí.
―Joder, me lastimas. ―Dije.
Riley comenzó a hacerme cosquillas y yo no paraba de reír. Si había algo que Caleb Bennett odiara más en este mundo eran las putas cosquillas.
―Estás jugando sucio, compañero. ―Logré decir entre risas.
―Oh sí. ―Respondió―. Estoy disfrutando esto.
Mordí su brazo para que me dejara quieto y en su mirada vi que lo que hice no le agradó. Dejó de hacerme cosquillas y salió del cuarto de mi mamá.
―¿A dónde vas? ―Pregunté antes de que saliera.
―Estaré en mi cuarto. ―Dijo seco―. Si quieres pedirme perdón, ahí estaré.
―No actúes como una princesita. ―Dije sin importancia.
―Como sea. ―Dijo haciéndose el ofendido.
Comenzó a caminar y lo agarré del brazo atrayéndolo hacia mí. Nuestros rostros estaban a centímetros y sentía nuestras respiraciones chocar. Rocé sus labios y le di un pequeño beso.
―Sé que no te resistes a mí. ―Susurré provocando que él se estremeciera.
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Sé que este capitulo es muy aburrido, pero se me fue la inspiración. Pido disculpas. Si ven algún error ortográfico díganmelo.
Voten y comenten por favor :c
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Everything has changed. (Gay) - En edición
Romance¿Cómo te sentirías al ocultar tu verdadera forma de ser? ¿Tener que actuar todo el tiempo para que las personas no se decepcionen de ti? ¿El tener que ocultar tus sentimientos? ¿Cómo te sentirías?Seguramente como yo, decepcionado de ti mismo. No es...