Capitulo 18: Esto nunca existió.

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Pasan los días, vienen y van, y aún espero por Mason. Finalmente hoy llegaría, luego de treinta largos días sin él. Largas llamadas por la noche y de vez en cuando uno que otro mensaje al día no se comparan a tenerlo cerca, sentir su respiración contra la mía, extraño todo eso. Lo extraño a él.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño para tomar una refrescante ducha. Al salir del baño me vestí con bermudas, Vans y un suéter blanco que decía Stay Human con letras en negro. Agarré la laptop y me puse a hacer nada, buscaba cosas sin sentido, hasta que recibí una llamada.

—¿Hola? —Dije respondiendo la llamada.

—Cal, ¿cómo estás? —Escuché la voz de Riley al otro lado—. ¿Puedes abrirme?

—¿Qué? —Dije algo aturdido.

—La puerta, ábrela, estoy afuera. —Dijo hablando rápido.

Bajé las escaleras corriendo, y antes de llegar a la puerta me detuve. Vi que todo estuviera en orden, Riley jamás había venido aquí, por lo menos no había estado adentro. Abrí la puerta, y ahí estaba Riley con un cooler, y otras bolsas más.

—¿Qué pretendes? —Miré a Riley arqueando una ceja, pero luego reí.

—¿No me vas a invitar a pasar? —Dijo evitando mi pregunta.

Él paso y se quedó mirando la gran casa.

—¿Así que aquí vives con Mason? —Preguntó receloso—. Esta muy bonita la casa.

—¿Gracias? —Dije cerrando la puerta y siguiéndolo.

—Estaba aburrido, y como mañana entramos de nuevo a la cárcel, ¿por qué no pasar tiempo contigo? —Dijo de pronto, se dirigió a la cocina como si fuera su casa. No me molestaba, pero me sorprendía lo normal que podía actuar después de todo lo que ha pasado.

—Ven acá. —Dije llamándolo para que me siguiera hasta la terraza, al aire libre junto a la piscina, con la vista al mar. Él me siguió y nos sentamos—. Bueno, ¿Qué tienes pensado?

—Aquí tienes. —Dijo lanzándome una cerveza que sacó del cooler—. Para refrescarnos. —Luego sonrió.

—Riley, ¿qué pasó con Micaela? —Pregunté luego de un par de cervezas.

—En realidad no la amaba, siempre la engañé y eso lo sabías, ¿no? —Dijo riendo—. Bueno ella se enteró y me dejó.

—Que bueno. —Dije sonriendo. Por alguna razón él también rió.

Hablábamos sobre cosas que pasaron los días que estuvimos sin hablarnos, esos días en los cuales nos evitábamos. Toda la tarde estuvimos en eso, jugando póker, de vez en cuando una partida de ajedrez. Cuando se acaba una lata, me tomaba otra y así sucesivamente, ya sentía un poco de calor. Estaba pasado de tono, y no estaba consciente de lo que decía.

Everything has changed. (Gay) - En ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora