- ¿Queres irte? - Preguntó el brujo al joven cazador mientras le succionaba el cuello, dejando una marca visible de esas que adoraba pensar como la llevaria delante de los demás cazadores.
- ¿Por qué me iría? - Le respondió embobado.
Magnus le mordió con fuerza instintivamente y Alec gimió empujándolo. Era eso o comerle de nuevo la boca a besos. Se estaba conteniendo.
- ¿Queres que me vaya?
- ¿Te respondo con lo que hay que hacer o lo que quiero yo?
- Magnus... ¿Qué pasa?
- No quiero apurarte...
- ¿Apurarme a que?
Alec le miró sin entender, acomodándose sobre la cama. Porque claro, habían llegado hasta ese lugar. Magnus encaminó toda la situación a lo obvio pero nunca clarificó con el joven y ahora lo miraba con unos ojos tan inocentes.
- Alexander. Sos un chico inteligente, ¿Qué crees que estamos haciendo en la cama? ¿Jugando a las cartas con nuestras lenguas?
El cazador no le respondió, solo lo miro fijamente, como si se hubiera quedado sin la capacidad del habla. El brujo se movió, dejándose caer a un costado de la cama.
Le miro y aún seguía en la misma pose. Con sus piernas semi abiertas y su remera levantada por las caricias. Magnus se movió y le bajo la remera, dejando a su vez, en beso en su mejilla.
- ¿Queres quedarte a dormir?
- No puedo. Tengo que ir al instituto...
- Quédate. - Le dijo acariciando su mejilla.
- Pero...
- Después te transporto al instituto, bien temprano ¿Si? - Alec lo miro mas calmado por sus caricias y le regaló una sonrisa suave.
- No tengo pijama ¿Me prestas uno?
Magnus dejó caer su cabeza en el hombro del claro niño inocente que entendía muy poco aun de cómo eran las relaciones.
- Por supuesto.
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Inocencia Interrumpida
أدب الهواةEso que pasa cuando un brujo de 800 años sale con un Nefilim de 18 (recien cumplidos)