Inocencia Interrumpida

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Alec estaba anotando unos últimos detalles sobre la cacería mas reciente, era una persona muy meticulosa con esas cosas y sus informes eran sin dudas muy apreciados por los miembros de la clave y los altos rangos del instituto. Era sabido que cuando el Lightwood mayor redactaba, todo salía bien.

Jace le golpeó la puerta de la oficina y Alec sin levantar la mirada sonrío. Sabia que venia a molestar y mas a esas horas de la noche.

- ¿No tenes ninguna cita con alguna chica del club de lectura?

- Ja... No. Intento mantenerme lejos del club.

- ¿Te tiraste a la tutora? - Levantó la mirada y lo observó con una sonrisa picara.

- Alexander Gideon Lightwood ¿Qué es ese vocabulario? - Ambos rieron mientras el rubio se tiraba sobre la silla frente al escritorio y ponía sus pies sobre la mesa.- Pero si. Paso eso... - Levanto sus hombros.- Soy inocente.

- Seguramente, sobre todas las cosas que no sos...

- Bueno, no todos tenemos esa inocencia pura que tenes vos.

- ¿Qué te hace pensar que soy inocente? - Jace apretó sus labios para no reír y Alec se sonrojo, no servía para esos juegos definitivamente.- ¿Qué necesitas? - Dijo cambiando el tema.

- Bueno, necesito a mi hermano. - Alec le miró confundido.- Quiero que salgamos. Vos y yo a festejar que te vas a casar... Ya sabes.

- ¿Festejar? No hay nada que festejar... - Alec miró su informe, ya lo había terminado pero no quería salir.

- Alec, salgamos. Dale.

- Bueno esta bien.. Pero volvemos temprano y nada de boliches o cosas raras con mujeres desnudas.

- Nonono tranquilo... - Dijo Jace y se levantó tirandole un pañuelo.

- ¿Y eso? - Dijo Alec mirándolo raro.

- Ponetelo. Es para la sorpresa.

Alec se lo quedó mirando mal y entrecerró sus ojos pero antes de que pudiera quejarse, Jace ya estaba poniéndoselo.

- ¿Ahora? ¿Me estas jodiendo? No voy a andar así por el instituto ¿Jace?

- Cálmate. Yo te guió...

- No es gracioso...

- Tomaremos un atajo. - le dijo con seguridad y empezó a encaminarlo por lugares inciertos. Alec sintió que algo pasaba, como si hubieran pasado por un lugar extraño y de repente Jace ya no estaba. 

El pánico le hizo erizar la piel. Se sintió en peligro.

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