The boy knows something ✔ (TBKS #1)

Capítulo 32

- ¡Oye! - grité desde el umbral de mi casa cuando la vi pasar.

Mackenzie no hizo caso, siguió caminando hasta su casa.

- Mackenzie, enserio, espera - dije mientras corría hacia su patio.

Eran aproximadamente las 18hs, hacía ya varias horas había regresado de la casa de June y todo ese tiempo me lo había pasado mirando hacia afuera esperando a que mi vecina llegara.

Mack ya estaba abriendo su puerta cuando alcancé su brazo.

- ¡¿Quieres dejarme?! - habló más fuerte de lo que la había escuchado nunca.

- No, espera. De verdad, de verdad espera  - supliqué.

- No quiero hablar contigo, Connor, enserio - sus ojos estaban llenándose de lágrimas, cosa que jamás le había pasado conmigo.

- Lo se - solté - lo se, Mackenzie, se que piensas lo peor de mi y es verdad, es verdad pero por favor... por favor déjame hablarte un minuto.

Miró hacia los costados,como buscando una forma de escapar, y luego me miró a mi.

- ¿Por que eres así? - preguntó - ¿Por que sigues... por que me mientes? ¿Por que me dices que.... 

- Porque así soy - dije abriendo los brazos - siempre lo fui. Siempre cagué todo lo que quería.

- No... tu no me quieres, Connor. No me quieres y luego me humillas como lo has hecho hoy.

- Lo siento tanto, de verdad - mis ojos se empezaron a llena de lágrimas, igual que los de ella - no puedo evitar que las cosas me salgan mal, no se que estoy haciendo.

- Me doy cuenta.

No pasaba un auto por la calle, no había brisa que moviera los árboles, ni pájaros cantando. Sólo nuestras voces ahogadas totalmente en algo que parecía ser el atardecer.

- Esta mañana, justo antes de que entraras al instituto, me ha entrado miedo. He hablado con Ben y me he dado cuenta que no soy la persona correcta para ti, que por más que...

- ¡¿Pero tu de verdad te piensas que soy tan estúpida?! ¡¿Te crees que no me doy cuenta que al segundo en que he aparecido te has comportado así porque no quieres, en el fondo que te vean conmigo?!

- ¿Que? - dije.

- ¡Es verdad! ¡Tu no quieres que te vean conmigo porque te da vergüenza! ¡Porque soy la rara, la nerd, la fea,  y todo el maldito instituto piense! ¡Y tu no puedes soportar que te vean conmigo!

- No, no es cierto.

- ¿Entonces por que no me defendiste con Tim? ¿O con cualquier de los que estaba allí riéndose de mi? ¿Eh? ¡No  has dicho nada porque ni un mil años dejarías que asociaran al gran Connor conmigo!

Me quedé callado unos segundos, asimilando todo, observando la primer lágrima que saltaba de su ojo derecho y rodaba por su mejilla.

- ¿Lo ves? - dije mirando el suelo - Yo no puedo cuidarte.

Negó con la cabeza.

- ¿No te has dado cuenta? ¡No necesito que me cuides, Connor! ¡Yo quería estar contigo, compartir cosas contigo, estar a tu lado y nada más! ¿Sabes que he cometido el error de quererte, verdad? Es mas... ¿recuerdas que un día me preguntaste si tu estabas en el grupo de personas de mierda que viven de las apariencias? ¡Dios, quería creer que no! Pero mira, aquí tengo la respuesta.

- No digas eso - en cualquier momento mi cara también se llenaría de lágrimas - Yo te quiero. Estoy enamorado de ti, de verdad. Pero no... no se que hacer, porque no puedo ni conmigo mismo, y no puedo tenerte. Me vuelve loco.

- Sí, ya, tu eres la victima aquí - pasó la mano por su cara, arrojando las lágrimas al suelo - ¿Por que no vas a.. a hacer tu vida, cuidar a June, lo que tengas que hacer? Puedes dejarme en paz a mi.

- June no está embarazada - solté, aunque no era el mejor momento, ni venía a cuento, necesitaba decirselo.

- ¿Que? - dijo.

- No está embarazada, me ha mentido siempre. Todo este tiempo sólo ha querido tenerme atado, como siempre.

Se quedó pensando unos instantes y asintió.

- Claro, si era algo obvio de esperar de quien fue tu pareja. Quizás podrían volverlo a intentar, son bastante parecidos.

- Yo jamás te he mentido - me apresuré a decirle antes de que se metiera por completo en su casa.

- No me sorprendería.

Cerró la puerta.

Y me quedé parado solo, 

en el umbral en el que hace un par de días le había dicho que la quería.

Y las lágrimas comenzaron a rodar.