XIV

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Sigrid
-Y... ¿entonces estás casada con el hijo del Rey pero tuviste una aventura con Athelstan?- dije con una sonrisa divertida, Judith había decidido confiar en mi y explicarme cosas sobre ella- mira a la cristiana.

-Amaba a Athelstan, y mi casamiento con Aethelwulf fue completamente pactado por mi padre y por el suyo- se defendió ella.

-Bueno, yo desde pequeña he amado a un solo hombre, aunque te puedo decir que me han gustado muchos- expliqué- debes de hacer lo que tu corazón te diga. Amabas a Athelstan y tienes un hijo con él. Aunque ahora esté muerto, que de verdad que lo siento, tienes a tu hijo que te recuerda a él.

Judith me sonrió. Era una chica muy agradable, nos llevamos bien enseguida.

-¿Puedes ayudarme con algo? -pregunté. Ella asintió de inmediato sentándose a mi lado- Vale, verás... Hvitserk, el hermano de Ivar, me pidió que me casara con él, antes de que se fuera a conquistar tierras- suspiré- la cosa es... él es un chico que me gusta, bastante, pero amo a su hermano y no sé cómo decírselo, no sé cómo rechazarle.

-Solo hazlo, cuándo os volváis a ver te preguntará por una decisión ¿verdad?- asentí- pues ya está, dile lo que sientes y lo que su hermano te hace sentir, tal vez se enfade y se entristezca al principio, pero ya verás cómo al verte feliz lo aceptará.

-¿Y si no lo hace? Tengo miedo de que Hvitserk vaya a por Ivar y que literalmente se maten. Ivar es muy... territorial y posesivo, no soporta que ningún hombre o mujer toque, mire o haga lo que sea con lo que es suyo. Entonces, si Hvitserk le cuenta a Ivar que me había pedido matrimonio tal vez se desmadrará todo.

-Sigrid... no sé que decirte, la verdad. Si amas a Ivar entonces... ve con él. Cómo me has dicho hace un momento... haz lo que tu corazón te diga- sonrió en modo reconfortante- cambiándo de tema... creo que te voy a dejar algo de ropa que no esté sucia y ensangrentada- dijo antes de levantarse y dirigirse a su armario.

Cogió un vestido blanco precioso. Entonces me ayudó a levantarme y a desvestirme. Limpió la suciedad de mi cuerpo y me lo puso. Me miró de arriba a abajo con una sonrisa. Me dio unos zapatos blancos.

-Y un último toque final- se acercó a una especie de tocador y cogió un collar; un dragón, con lo que me gusta oír hablar de ellos. Me lo puso y sonrió- te queda perfecto, te lo regalo.

-¿De verdad?- pregunté mirándome en el espejo. No me disgustaba cómo me veía a decir verdad. Parecía una princesa, tal vez cristiana, pero una princesa al fin y al cabo.

-Sí- sonrió poniéndose a mi lado- tendrás que volver a Kattegat en algún momento. Quiero que me recuerdes- me miró a través del espejo- eres la única amiga que he tenido, al fin y al cabo.

Entonces alguien llamó a la puerta, Judith abrió. Era un guardia- vengo a buscar a la chica, el rey ha comunicado que tanto ella como el chico van a tener una habitación aquí hasta que sean devueltos a Kattegat- explicó.

Como pude, seguí los pasos del hombre hasta una puerta de madera. Cuando la abrió pude ver a Ivar sentado en la cama de la habitación, el único mueble que había.

En cuanto entré, el guardia cerró la puerta con llave. Ivar me miró de arriba a abajo.

-¿Ahora te gusta disfrazarte de cristiana?- preguntó a modo de broma, causando una sonrisa de mi parte- estás preciosa.

-Gracias- dije sonrojándome. Me senté a su lado y él tomó mi mano en las suyas. La llevó a sus labios y besó mis nudillos.

-¿Sabes algo de mi padre?- me preguntó- no he oído nada de él desde hace horas.

-No... pero conociendo a tu padre... tiene un plan- contesté- estoy segura, va a saber sacarnos de aquí.

Ragnar
-Quiero que me mates- le dije a Ecbert.

-No podría matarte ni aunque quisiera- me dijo.

-Bueno, pues entrégame al rey Aelle, él será gustoso de matarme- sugerí- y le diré a mi hijo que tu ordenaste mi asesinato y buscarán venganza.

-Está bien- dijo Ecbert- ¿Qué quieres a cambio?

-Que mi hijo y mi nuera vuelvan a Kattegat, cómo sea, en un barco o cómo quieras, pero que vuelvan a Kattegat sanos y salvos.

-Eso está hecho, viejo amigo.

Sigrid FlokisdóttirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora