Capítulo 19 FINAL

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Marcos entró en el salón, dejó la cazadora en una silla y se sentó en la barra de la cocina.

-¿Sabes? Tienes un don para aparecer siempre en mis cumpleaños cuando los paso sola. Es la segunda vez que lo haces.

-Siento haberme presentado así, ni siquiera pensé que podrías estar con alguien.

-Marta este año no podía venir, por eso fuimos a verla a Madrid, y si no estamos las cuatro, las cenas navideñas no son lo mismo.

-Te he traído algo- dijo entregándome un paquete envuelto.

-Gracias, pero no era necesario.

-Era lo mínimo que podía hacer ya que me he presentado sin avisar.

Dentro del paquete había un libro, pero no uno cualquiera, era una edición especial de La sombra del viento.

-Viene con ilustraciones, pensé que te gustaría- dijo.

-¡Me encanta! Este libro es muy especial para mí, gracias- sonreí- Oye ¿has cenado?

-No, he salido de trabajar y he venido directo aquí.

-Yo iba a cenar ahora, si te apetece puedes acompañarme.

Añadí un cubierto a la mesa, le serví una copa de vino y nos sentamos a cenar.

Mientras cenábamos hablamos sobre el trabajo, me preguntó cómo había pasado el día y me contó que él tenía libre hasta después de Navidad y había venido a pasar estos días con sus padres.

Yo intentaba actuar de manera natural como si aquella situación fuera algo de lo más normal, pero la verdad era que estaba super nerviosa.

No sabía por qué Marcos había aparecido así de pronto y aunque unos días antes habíamos pasado la noche juntos, no podía obviar el tiempo que llevábamos sin vernos y las cosas que habían pasado entre nosotros.

Rellené la copa de vino al menos dos veces más, mientras Marcos no había terminado aún la primera y me miraba sonriendo.

Con los años, y la costumbre, para qué negarlo, toleraba bastante bien el vino, pero a veces me soltaba un poco la lengua.

-Veo que tienes sed- comentó divertido.

-¿Cuántos años hace que nos conocemos?- pregunté.

-Casi 6- dijo- aunque la mitad del tiempo no nos hemos visto.

El tono de su voz fue un poco más amargo al final de su respuesta.

-Después de tantos años, sigo poniéndome nerviosa cuando te veo y el vino ayuda a calmar los nervios.

-Lo disimulas bien.

-Y tú mientes fatal, me conoces de sobra y diría que incluso te has aprovechado de eso más de una vez para divertirte- respondí.

-Tienes razón, siempre me ha gustado provocarte.

Recogí la mesa y me dispuse a fregar los platos cuando me di cuenta de que la radio aún seguía encendida y en ese momento empezó a sonar una canción que reconocí al instante.

Me dejé llevar unos segundos por la música, recordando el momento exacto en que la había escuchado por primera vez unos días antes, mientras iba en el coche con Marcos en dirección a su casa.

Marcos se había sentado de nuevo en la barra de la cocina y me miraba fijamente mientras yo seguía distraída pensando en aquella noche.

Se aclaró la garganta, con la clara intención de sacarme de ese trance y en cuanto fui consciente de la situación, apagué la radio.

Marcos y LucíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora