CAPÍTULO 14: EN EL BORDE DEL PUENTE

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Jean Jeaques Leroy pensaba un poco incrédulo que era increíble como de un día a otro la vida cambiaba totalmente, por que si alguien le hubiese dicho el día anterior que su bella Isabella lo iba a traicionar con su ex novio que no había visto en cinco años jamás lo hubiera creído, porque el era de esas personas que creía en el destino y no en la coincidencia, creía que Isabella, su bella, bella Isabella y él eran  eran almas gemelas que se suponía iban a estar juntas toda la vida, porque ella era  de ese tipo de personas que se conocen cualquier día y es tan normal hablar que llegas a creer que es una casualidad, pero no, no era una casualidad, era el destino, porque la casualidad no te trae a ese tipo de personas tan perfectas, tan especiales, tan llenas de luz, esas persona que con una pequeña charla de unos cuantos minutos sabes que va a pasar a ser parte de tu futuro, que primero lo contemplas a corto plazo, pero en muy poco tiempo te das cuenta que, no, esa persona va a ser más que  especial, porque esta en tu futuro a largo plazo y en gran parte de tus proyectos y por supuesto que el amor es el primero entrar, oero al mismo tiempo causa tanto miedo, porque anteriormente aquel corazón ya tuvo alguna mala experiencia, pero aun así te atreves y entregas todo lo que llevas dentro, porque ella se lo merece, ella se merecía conocer la mejor parte de ti, ya que ella te estaba entregando la mejor parte que tenía porque sabes y en verdad crees que estaban hechos el uno para el otro, y que entre miles de personas justamente se tenían que encontrar ustedes dos para pasar todos y cada uno de tus días viendo por ella procurandola, llenandola de amor, besos y cariños hasta el fin de tu tiempo, pero tristemente solo lo había creído una sola persona, Jean.

Pero aquella mágica fantasía que se había creado en su cabeza se vio destrozada cuando Isabella tomo sus maletas y las lleno con lo poco que tenia para ir a lado de aquel hombre que la había abandonado hace tanto tiempo, importándole poco el estado en el que dejaba a su buen amoroso e incondicional Jean quién había dado todo por ella, que se había desvivido, que le había llorado, el que la había atesorado como si fuese la única mujer en todo el planeta y no solo eso, la única persona que existía y que realmente amaba y amaría por siempre e importándole poco sus  sentimientos los cuales arrastraba con ella a un futuro incierto, porque para ella JJ no era nada.

Y literalmente no era nada aquel hombre, estaba seco, estaba sumido y deprimido.

Ahora caminando en la fría noche sólo, con sus sentimientos a flor de piel y el corazón hecho mierda pensaba en como el día anterior le estaba profesando su amor mas puro a aquel demonio con cara de ángel y labios carmesí y algo de lo que mas le dolía era que mientras el exponía sus sentimientos y le platicaba acerca del futuro que quería tener con ella, Isabella lo miraba con eseos orbes azules mientras sonreía con ternura y le acariciaba el cabello, pero ahora sabía que aquello realmente no era ternura, no, era compasión. Ahora no había recuerdos bellos, ahora con rencor recordaba a aquella persona que tan feliz lo había hecho a base de mentiras, falso amor y compasión.
¿Qué tan patético debió haberse visto para que Isabella lo viera con compasión? pensaba un hombre de cabellos negros que había sufrido el engaño de la mujer que amaba, su no tan suya Isabella.

Justamente ese día había ido con la intención de proponerle matrimonio, porque su relación ya superaba los cinco años y el creía conocer de pies a cabeza a su novia, aquella mujer de cabellos negros como la noche y de ojos azules y transparentes de piel blanca y tersa, pero... no... porque esa mujer le había mentido y lo había abandonado a su surte. Jamás lo había amado y eso dolía.

El buen Jean con los sentimientos desechos y el  hecho de ver aquel puente tan enorme lo hacia pensar en la estupidez de quererse aventar de ahí y terminar con esa vergüenza y dolor que cargaba.

Se acerco un poco y miro hacia abajo, el mar debía estar helado una muerte dolorosa y lenta, pero bueno después de todo lo que había hecho pasar Isabella definitivamente no valía la pena sufrir ni un poco más por ella, pensaba desilusionado JJ mientas se alejaba de la orilla, pero entonces noto algo que lo impacto.

Solo por ti *Victuri*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora