Avión

373 34 0
                                    

- no eres de confianza - tomo su mano y la quito de encima mío

- no te enojes - camine a él y me aferre a su brazo - solo es un compañero, así que vamos a casa

- vaya, entonces si esperabas a un amigo - sonrió burlón - quien diría que serias tu, has cambiado mucho

- vamos Ginebra - comenzó a caminar rápidamente

- no me olvides Namjoon

Ya cuando nos alejamos de él, Namjoon siguió caminando de una forma rápida, mientras él caminaba rápido yo iba trotando gracias a mi estatura.

- Kim Namjoon, ¿qué te pasa? - lo mire seria mientras lo detenía - ya nos alejamos de él

- solo, me hace enojar ese imbécil, por favor, no sigas hablando con él - me tomo de un brazo acercándome a él hasta darme un abrazo - es lo único que te pido

- mmm lo intentaré - lo abrace ligeramente, realmente quería saber más de él, así que no daba por hecho de que me alejara

- se que no lo harás pero ten cuidado

- claro - sobe su espalda - no te preocupes por eso

Terminamos por ir a nuestras casas, esta vez no nos quedamos juntos por más tiempo, por lo cual pensé en aquel chico más de lo normal.

A la media noche desperté, mis pensamientos eran todo un lío, tanto que no me dejaron dormir y justo cuando vi el primer rayo del sol me pare de la cama y salí de mi habitación por el balcón para que nadie se diera cuenta.

Camine por las calles desiertas y frías, mis pies cada vez me llevaban más y más lejos, sin saber el destino.

Mis ojos destellaron de tristeza cuando observe el lugar lleno de pasto seco y varias cruces, la brisa recorrió mi cuerpo haciendo sentir unos extraños escalofríos.

- los extraño - me inque ante dos cruces mientras me abrazaba a mi misma - lo lamento, no estoy haciendo nada para que estén orgullosos

- ¿por qué tus pies te trajeron hasta aquí?

- uhm - lo mire - creí que yo era la que te buscaba, ¿desde donde me has seguido?

- solo deambulaba por la ciudad cuando te vi y pues.. La curiosidad me llevo a seguirte y claro, no es seguro que andes sola a estas horas, apenas son las cuatro

- lo sé, pero algo me impulso a salir de casa

- y bien, ¿qué haces aquí? - se tumbo al pasto seco - digo, hace años que paso el accidente más grave aquí

- años.. Si, claro, yo siento el dolor como si hubiese sido ayer

- eres difícil de entenderte - rasco su cabeza

- mis padres estuvieron en el accidente

- oh - abrió los ojos mientras veía como acariciaba aquel lugar - vaya, aun recuerdo como sucedió

- ¿qué? - lo mire extraño

- no estaba tan lejos de aquí cuando sucedió - miro el cielo - una luz muy profunda caía del cielo, la explosión se hizo presente y pude verla a través de mis ojos, ese día tuve un inexplicable miedo

- algunas veces pienso que debí ir en aquel avión con mis padres

- pues no pienses tanto eso, te hará daño - se paro y me extendió su mano - vamos, tienes que estar en tu casa

No replique y tome su mano, sin previo aviso comenzó a caminar rápido.

- ¿cuál es tu nombre? - apreté su mano mientras trotaba

- no preguntes más por mi nombre

- ¿por qué? Si me lo dices te dire el mío

- te llamas Kim Ginebra, no necesitas decirmelo

- no es justo, dime tu nombre - me soltó de la mano pero seguí insistiendo tomando su brazo - por favor

No volvió a hablar, comenzó a caminar cada vez más rápido mientras yo trotaba o casi corría, como con Nam. Nos paramos frente a mi casa, la pregunta es, ¿como diablos sabe dónde vivo?.

- gracias por traerme

- no vuelvas a salir a estás horas - me miro frunciendo su seño

No dije nada más y procedí a escalar por la enredadera que se encontraba aun lado de mi balcón, cuando logre subir y mire hacia abajo, aun seguía él ahí. Por inercia sonreí y agite mi mano en despedida.

ᶜᵒʳᵃᶻᵒ́ᶰ ᵈᵘʳᵒ ⁻ ᴹᶤᶰ ᵞᵒᵒᶰᵍᶤ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora