59. Amor de una madre.

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Escucha "Take My Breathe Away " – Berlin en 🎶🎶🎶

Allison's POV

Estaba sentada junto a la cama tomada de la mano inerte de mi hermano, leyéndole uno de sus libros favoritos, o más bien uno de los únicos que leyó en su vida.
Tocaron la puerta y mi madre entró a la habitación, le mostré una sonrisa y deje de leer pero sin soltar su mano. Mi madre se sentó también a su lado sin decir palabra en uno de los sillones del hospital.

— Creo que le gusta que le lea o le ponga música. — dije. — Sus signos mejoran cuando lo hago. Tal vez cuando regrese podamos ir juntos al concierto de rock de Seattle.

Ella solo asintió, pero sabía que estaba pensando, no tuvo que esperar para que comenzara con uno de sus sermones, pero esta vez su voz era comprensiva y calmada mientras que las otras veces era de regaño.

— Amor, sabes que los doctores dicen que puede tardar un poco en despertar, días, meses... incluso años.

Suspire, claro que lo sabía, pero se supone que yo era la de la esperanza y si me la matan antes de tiempo quién estará con Barney siempre.

— ¿Cuánto dormiste? — pregunto.

— Mmmm lo suficiente. — conteste con una sonrisa levantó una toalla que se había caído.

— Ally tienes que dormir bien. — comenzó a reprocharme a lo que yo hice pucheros. — Ven aquí.

Abrió sus brazos para recibirme y me senté en sus piernas como la pequeña Allison lo hacía hace unos pocos años atrás, enterré mi rostro en su cuello oliendo su perfume de café, mi hermano se lo había regalado. Ella comenzó a jugar con mi cabello y sin pedírselo comenzó a cantar:

— Bonita, has pedazos tu espejo. Para ver si así dejo, de sufrir tu Altivez.

Era solo una estrofa, la última estrofa de una canción mexicana de la época del cine de oro, solo una. Pero esa una siempre causaba un efecto en mí, aunque ese efecto no era tan fuerte en ese momento, ella lo sabía así que comenzó a cantar otra de las canciones que me dedicaba cuando eran las dos de la mañana y la había despertado porque un monstruo me había despertado a mí.

— Muñequita linda de cabellos de oro. — acarició mi cabello. — de dientes de perlas, labios de rubí. — voltee a verla. — dime si me quieres, como yo te quiero. Si de mi te acuerdas como yo de ti.

Ella estaba sonriendo, pero se le veían las lágrimas aguantándose en los ojos, yo estaba llorando un poco, pero ella siguió cantando, abrazándome mientras lo hacía.

—Y a veces escucho un eco divino — sabía que estaba tomando la mano de Barney por detrás de mi espalda. —que envuelto en la brisa parece decir: Sí te quiero mucho, — acaricio mi nariz con un gesto de amor. —mucho, mucho, mucho tanto como entonces siempre hasta morir.

No había dormido bien en días, mis ojos estaban cansados y ardiendo, comenzaron a cerrarse y por primera vez en este mes pude dormir tranquilamente.

Mi madre era una mujer, fuerte, que no dejaba que nadie le dijera que hacer. Era la mujer que más admiraba en la vida, siempre la había admirado, pero no solo como una niña admira a la figura materna de la casa, ella era diferente. Inspiraba seguridad e imponía respeto. Me gusta imaginármela de joven, tan bella como lo es ahora, con esas pequeñas pecas que le cruzan el rostro y ese cabello castaño que le cae por los hombros, nunca lo ha tenido largo. No me gustaba fallarle, me sentía la peor persona, pero cuando veía su sonrisa era como si mi mundo fuera iluminado por mil soles, eso es lo que hace sentir una madre. Como cualquier persona no quiero que se vaya de mi vida, pero sé que llegara el día en que eso suceda, pero por ahora disfrutare de cada uno de los momentos que tengo con ella porque se perfectamente que soy la chica más afortunada por tenerla.

Chicas Vs Chicos // COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora