Estaba en la habitación del hotel, con mi cabeza colgando a los pies de la cama, boca arriba, la sangre llegando rápidamente haciéndome marear. Llevaba tres minutos así y ya me había aburrido. Con esfuerzo, porque seguía con el efecto de haber estado mal posicionada, me levanté de la cama.
Me había despertado sola, sin Ashton a mi lado, y además con mucha hambre, Cuando me levanté, vi que él había dejado esta nota:
"Cielo, tuve que salir. Volveré para la hora del almuerzo. Te amo."
Nada más. No decía dónde fue, por qué, si iría solo...Agh. Cuando leí la nota me alteré, pero unos minutos más tarde me tranquilicé, porque no tenía realmente nada de lo que preocuparme. Confiaba en Ashton tanto como en mí misma, o tal vez más, y él no habría salido si no fuera importante.
Pero ahora no tenía nada que hacer, porque estaba sola, en un lugar que desconocía, y no sabía a qué hora iba a volver Ash. Entonces...Sí, podía salir. A él no le molestaría que saliera a dar una vuelta para no aburrirme, ¿cierto?
Tomé un abrigo, mi celular y mi billetera y salí del hotel. No sabía qué haría, porque no conocia el lugar y, por eso, no tenía idea de qué había para hacer. Así que doblé a la derecha, caminando por la calle junto a la vereda, con mi celular haciéndome llegar la música a través de mis auriculares.
Diez cuadras y dos canciones más tarde, me encontré con el "centro" de la ciudad, donde di una vuelta por los locales. Anoté mentalmente volver más tarde, porque había varias cosas interesantes y no había llevado mucho dinero.
Ya había pasado un buen rato desde que me había alejado del centro, y las nubes empezaron a cubrir el cielo. Me fijé en el reloj, y con asombro descubrí que eran las 12:16 del mediodía. Había salido a eso de las 10, y probablemente Ashton ya estaría llegando al hotel. Me agarró un momento de enojo, con él, por no haberme explicado por qué salió. Entonces, ¿yo estaba saliendo en "venganza" por eso? Una parte de mí no creía que haya salido a caminar solo porque tenía ganas. Tal vez era una manera de mostrarle a Ashton que me había molestado lo que hizo. O más bien, lo que no hizo.
Empecé a caminar de vuelta al hotel, con mis canciones favoritas de Coldplay reproduciéndose una después de la otra. Daba un paso, y otro, y con cada paso que daba me acordaba de Ashton. De cada momento que había pasado con él. ¿Por qué? Ni yo lo sabía. Simplemente él no podía dejar tranquilos mis pensamientos.
Me acordaba de esa vez, cuando él me había salvado de ahogarme, y de lo tonta que había sido por no nadar hacia el muelle. Recordaba cuando me presentó a los chicos, el mismo día, y todos me habían caído tan bien. También, de cuando empecé a odiar a mi padre después de esa pelea, y escapé a su casa porque él me lo ofreció. Ese día, que nos besamos por primera vez y se sintió tan bien. Y desde ese día estuve prácticamente viviendo en su casa. Al pensar en esto se me escapó una risa, porque quedaba como indigente.
Seguí, acordándome de cuando viajamos a Nueva Zelanda con los chicos, cuando en el baile dijimos todas esas cosas, cuando discutíamos, cuando nos reíamos juntos, todo, hasta hace dos noches, cuando después de escaparnos juntos nos demostramos nuestro amor de una manera que nunca habíamos intentado.
Antes de que siguiera sumergiéndome en los recuerdos, una gota cayó en la pantalla de mi celular.
-¿Qué diablos...?-Pregunté, secando mi movil y mirando al cielo. Las inocentes nubes blancas de antes se habían convertido en nubes grises, casi negras, y anunciaban tormenta.-Mierda.-Con una mueca de disgusto acomodé mejor mi abrigo para cubrirme más y seguí caminando. Metí mi celular y mis manos en los bolsillos, pero no desconecté los auriculares.
La lluvia comenzo a caer, primero eran pocas gotas cayendo suavemente, y después se convirtió en un chaparrón. No había nadie en la calle, excepto por una familia que estaba entrando su coche a la casa para que no se mojara. Después, estaba totalmente sola. Claro, era la única que caminaba debajo de la lluvia. Me di cuenta, por el aspecto de las casas, que estaba llegando al hotel. De hecho, estaba en la cuadra antes del hotel. Aliviada de no haberme perdido, seguí avanzando cada vez más rápido. Entonces empezó a sonar en mi celular una canción que me había descargado hace un tiempo y había dejado de gustarme. Saqué mi celular del bolsillo, cuidando de que no se mojara con la lluvia.
Antes de tener tiempo a cambiar la canción, sentí un par de pasos apurados detrás de mí y más tarde una presión en la espalda que no supe reconocer. Me quedé paralizada, sin saber qué sucedía. Un escalofrío recorrió mi columna, y en un segundo una figura apareció delante de mí. Era un hombre...No, tendría alrededor de veinte años y llevaba una capucha que cubría buena parte de su cabeza. Pero no tuve tiempo para analizarlo, porque mientras con un brazo sostenía el arma apuntándome a la altura de las costillas, de frente me obligaba a sacarme los auriculares y entregarle el celular. Me saqué los auriculares, pero no le di nada.
-De-de-déjame.-Tartamudeé. Él me pegó con el arma en el brazo, y colocándose detrás de mí para que no pudiera verle la cara, intentó sacarme el celular.
-Vamos, preciosa, mientras menos forcejees esto se acaba más rápido.-Susurró en mi oído, pegándose más a mí, parte para intimidarme y parte para que se le hiciera más fácil tomar el celular.
-No te lo daré.-Dinero no me faltaba, podría habérselo dado y comprarme otro pero no quería que ganara.
Él, enfurecido, comenzó a golpearme repetidas veces con el arma. En la espalda, en la cabeza, en los brazos y, cuando estuve tirada en el suelo, en las piernas. Mis ojos ardieron por las lágrimas, y estaba segura de que estaba sangrando en más de una parte. Cuando estaba por golpearme otra vez, se detuvo. No podía ver por qué, puesto que él estaba detrás de mí y no podía moverme. Escuché unos gritos...masculinos. Y luego, el tipo que me había asaltado cayó al suelo. Fue lo último que supe antes de cerrar los ojos.
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