Una semana había pasado ya desde que me quedaba en casa de Ashton. Ayer había logrado sacar mis cosas de la universidad mientras mi padre trabajaba, porque hoy volvería a la universidad. Los chicos se habían quedado bastante con nosotros, y a veces traían helado para "subirme el ánimo". Pero la realidad es que había estado mejor desde el momento en que llegué a casa de Ash y lo abracé. También había recibido muchas llamadas de un número desconocido. Siempre el mismo, siempre lo mismo. Una por día. Comenzaba a asustarme, porque lo que al principio había creído que era una broma, ahora se convertía en algo constante. No se lo había dicho a nadie. Para qué? Ash se preocuparía, los chicos no le darían importancia. Me preguntaba por qué esa persona siempre me llamaba a mí, por qué siempre se quedaba en silencio...Pero lloraba. Siempre lloraba. Y las últimas dos veces hasta intentó decir algo, pero cortó antes de lograrlo. Había logrado deducir que era una chica. Bien, era bastante obvio por la forma en que lloraba. Su tono era más bien suave pero nervioso. Eso lo había descubierto ayer, cuando logró, solamente, pronunciar mi nombre. Su voz me había resultado apenas familiar. Pero estaba segura, o casi segura de que la había oído. Yo la conocía, pero no podía darme cuanta de quién era.
Me preparé para ir a la universidad mientras pensaba en todo esto.
-Zoey, estás lista?-Preguntó del otro lado de la puerta.
-Pasa, Ash.-Contesté mientras terminaba de atarme los cordones.Él abrió cuidadosamente la puerta y me sonrió.
-Estarás bien?-Lucía preocupado. Quizá pensaba que no había terminado de recuperarme del sufrimiento que había sido mi última discusión con mi padre.
-Estaré bien.-Confirmé, levantándome. Revisé que mi mochila estuviera completa y tomé mis gafas de sol.-Gracias por todo, Ash.-Pasé mis brazos por su cuello y le di un corto pero suave beso.-Te quiero.
-Yo a tí.-Sonrió y me tomó de la mano para llevarme a la puerta.-Cuídate.-Asentí y me marché.
-Zoe.-Saludó cuando se sentó frente a mí en la cafetería. Puse los ojos en blanco y la miré.
-Qué quieres, Dinah? Creo que...-Apretó los labios y negó con la cabeza, interrumpiéndome.
-No voy a molestarte, solo quiero que me escuches.-Dudé unos segundos. Suspiré cansada y asentí en respuesta.
-Dime.
-Pero...-Miró a ambos lados.-Me gustaría que fuera más en privado.-Mordió su labio inferior. Estaba nerviosa. Nunca la había visto así.
-Entonces?-La apuré cuando nos sentamos con nuestras bandejas en el césped. Tomó aire y luego comenzó a sollozar.
-No sabes cuánto lo lamento, Zoe. Por favor, perdóname. No quise empujarte, solo...Necesito que me perdones.-Lloró. Me quedé mirándola, sin saber cómo responder. Estaba siendo sincera. Ella no sabía mentir. Pero por qué estaba tan arrepentida? Ella no era así. Nunca había oído que se disculpara con nadie que no fueran sus padres. Y sus disculpas con ellos no eran sinceras.-Respóndeme, por favor. Quiero que me digas que me perdonas. Pero entiendo si no lo haces. Soy tan mala persona! Estaba furiosa, por lo de mis padres y porque me llamaste zorra. No fue mi intencion hacerte daño y apenas lo hice juro que me sentí culpable. Pero era muy orgullosa como para volver por tí. Perdóname. No sabes cuánto me alivia que estés bien.-Sorbió su nariz.-Lo lamento, Zoe, en serio.
-Dinah...No sé qué decirte. Nunca has sido una gran amiga conmigo.
-Y me disculpo por eso. Yo no soy una buena amiga para nadie en el mundo. Tenías razón: soy una zorra y no merezco...-Apreté mis labios, moví mi comida hacia un lado y la abracé.-No supe aprovechar la compañía que me brindabas, a pesar de que tú no estabas contenta conmigo.
-Di, tal vez, si ambas ponemos de nuestra parte...Podemos intentar ser amigas, en serio. Esta vez sin mentirnos, y sin sonrisas ni apodos falsos.-Ella sonrió.
-Eso significa que me perdonas?
-Eso quiere decir que te perdono, que más allá de que seas una perra te quiero y que podemos ser amigas.-Le dije y ella rió.-Ya, en serio.
-Nunca podré compensar todo lo que haces por mí, White. Pero lo intentaré.-Prometió.
-Igual, quiero decirte que no fue tan malo que me tiraras desde el muelle.-Comenté.
-Qué quieres decir? No sabes nadar! Por poco te mato!-Mordió nuevamente su labio impidiéndose llorar.
-Peeeeero-Alargué.-conocí a algunas personas.-Frunció el ceño, confundida, y luego una sonrisa se formó en su rostro.
-Tenemos cuarenta minutos aún. Suficiente, creo, para que relates tu última semana. Así que empieza.-Pidió emocionada.
-Zoe.-Habló y yo puse los ojos en blanco, asombrada. Por primera vez la chica de las llamadas había hablado claramente. Esta vez no estaba llorando, pero se le oía nerviosa.
-Qué quieres de mí? Puedes dejarme en paz?-Grité. Por un par de minutos no respondió, por lo que supuse que había colgado.
-Eso es lo que quieres? Entonces no volveré a molestarte.-Fue lo último que le oí decir antes de que terminara la llamada. Ahogué un grito y dejé caer mi celular. Las piernas comenzaron a fallarme y debí sentarme en el sofá para no caer en el suelo. Yo la conocía. Sabía quién era. Pero no...Era imposible.
-Zoe! Estás bien?-Preguntó corriendo a mi lado. Asentí, aún en estado de shock y dejé que me abrazara.-Linda, qué sucede?-Tomó mi rostro entre sus manos y me observó.
-Yo...Estoy bien, Ashton. Solo...No importa.-Me levanté y me encerré en el baño. Me coloqué contra la pared y abracé mis rodillas. Estaba volviéndome loca: había creído oír la voz de Leah. Pero ella estaba muerta. Mi padre la había asesinado.
Holiwis! Ah, me gusta este capítulo :) Es interesante, okno.
Espero que les guste a ustedes también.
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Las amo :)
PD: Díganme si quieren que les siga respondiendo los comentarios, porque no sé.