AVISO: ESTE CAPÍTULO PUEDE NO GUSTARLES A ALGUNAS DE USTEDES, NO VOY A DECIR POR QUÉ PORQUE LES CAGARÍA TODO. USTEDES DECIDEN SI LO LEEN, YO CREO QUE VALE LA PENA PERO SEPAN QUE EN CIERTO MOMENTO PUEDE QUE NO QUIERAN LEER MÁS, BUE, ESO, IGUAL LES VA A GUSTAR CHAO
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Ashton conducía por la carretera, rápido, porque no podía esperar a llegar. Yo tampoco, en realidad. Estábamos viajando a Perth, sí, a una ciudad apenas lejos de la nuestra, pero no le quitaba lo especial. Porque era nuestro primer viaje juntos, solos, yo ya no debía ir a la escuela, habíamos arreglado todo con nuestras familias y los chicos, así que por fín podíamos disfrutar.
-¿Cuánto tiempo nos quedaremos?-Pregunté mientras buscaba un paquetito de gomitas entre los bolsos.
-No hemos llegado, ¿y ya quieres saber cuándo volveremos?
-Era solo una pregunta.-Rodé los ojos. Él me miró.
-Unos días. Cuanto queramos.-Contestó. Asentí, comiendo una gomita en forma de osito.
-¿Quieres?-Le ofrecí. Él las vió un segundo y rió.
-¿Ositos de gomita? ¿Cuántos años tienes?-Se burló, aunque igual hizo un gesto que indicaba que le alcanzara una. Reí también, y tomando una gomita le pedí que abriera la boca, tirando la gomita dentro.
-Qué tonto eres.-Dije, mientras me volteaba a ver por la ventana del coche.
-Zoe.
-¿Qué?
-So.-Comenzó a reírse.
-¿Quién es el niño ahora?-Volví a rodar los ojos, mirándolo. Tenía unos hoyuelos tan lindos cuando reía, por eso-y obviamente porque amaba verlo feliz-era un placer hacerlo reír.-Amor, le quitas lo maduro y especial a este viaje.-Me quejé, parte en broma, parte en serio.
-Lo lamento, no podía evitarlo.
-¿Entonces solo me llamaste para hacer esa broma?
-No, quería decirte algo pero no debía desperdiciar la opurtunidad.
-Dímelo ahora.-Pedí y él asintió. Igualmente, esperó unos segundos para hablar.
-¿Estás segura de esto?-Lo miré, con el ceño levemente fruncido.
-¿Segura de qué?
-De esto que estamos haciendo. Escaparnos a otra ciudad, sin avisarle nada a nadie, porque sí.
-Sí, lo estoy.-Afirmé.-Aunque parece muy de novela, es lindo poder hacer esto.
-Se parece a la historia de Romeo y Julieta, ¿cierto?-Puse los ojos en blanco.
-Salvo porque ellos sí tenían una razón: sus familias se detestaban, además eran más jóvenes lo que lo hacía más emocionante e inesperado, y estaban escapando para casarse. No, no se parece tanto a Romeo y Julieta.
-La escritora de Romeo y Julieta estaría desepcionada de tí si supiera que le arruinas así las ilusiones a tu novio.-Hizo puchero. Lo miré, con la boca abierta.
-¡Ashton! Romeo y Julieta fue escrito por William Shakespeare. ¡Y él era un hombre!-Exclamé en un tono un poco elevado.
-Además me maltratas. Yo ya no puedo con esto. ¡Exijo el divorcio!-Dramatizó.
-Ashton.-Hablé en un tono más calmado.-No estamos casados aún.
-¿Aún?-Me miró un instante, antes de volver la vista a la carretera. Ya se veían las luces de la ciudad.-¿Eso quiere decir que nos casaremos?-Bajé mi vista a mis pies, sonrojada.
