Antes de que él llegara, mi vida no tenía sentido. Me faltaba todo, a pesar de que no necesitaba casi nada. Pero no siempre lo material cubre la felicidad. Todos necesitamos de un poco de amor y compañía para ser felices. Aunque tal vez no nos demos cuenta hasta que algo sucede y nos abre los ojos. Podría decirse, entonces, que antes de conocerlo yo era casi infeliz.