Parte en la que no me reconozco.
El sonido de la alarma retumba desde mi celular hasta mis oídos. No pensaba moverme aunque el hecho de que mi celular no pare de sonar me corte el sueño por completo. Cuando recobro algo de conciencia, siento un leve peso en el pecho.
Abrí los ojos parcialmente para ver la melena castaña se Audrey que estaba extendida sobre mí torso, su brazo rodeaba mi abdomen y básicamente yo la estaba abrazando. Des estaba apegado en mis hombros, del lado contrario que Audrey.
Nos dormimos en el suelo del estudio de la señorita Blakeway, luego de un larga historia, de algo de silencio, terminamos rendidos ahogando problemas en la noche que cayó como nuestros ánimos.
Domingo.
¿Quién rayos pone una alarma en domingo? Nadie. Al tomar mi celular vi exactamente 11 llamadas perdidas de Seth. Y una doceava llamada que anunció mi justo en ese instante.
-¿Umm? -respondí la llamada algo estúpido. Más de lo normal.
-¡Deja de tirar con Audrey y ábreme la puerta! -Sonreí involuntariamente.
Audrey se movió lo que quería decir que ya estaba despierta, levantó su mirada y me vio con los ojos adormilados acompañados de una sonrisa de labios.
-¿Dónde estás? -Le pregunté a Seth desconcertado.
-Afuera de la casa de Audrey. Fui a tu pocilga, que por cierto no tenía seguro, y no estabas. ¿Ya cogieron? -Volvió a insistir. Idiota.
Colgué y dejé mi celular a un lado. Des se levantó y soltó un bostezo haciendo un sonido agudo cosa que nos hizo reír.
-Blakeway -Le saludé a la castaña que me miraba desde abajo.
-Lewis -Ella sonrió-. ¿Seth? -indagó refiriéndose a la llamada. Asentí-. ¿Está afuera? -Volví a asentir-. ¿Piensa que nos acostamos?
Me reí. Conocemos tan bien a ese idiota.
Ambos sonreímos en son de broma y nos quedamos en silencio. No un silencio incómodo, algo raro y reconfortante. Ella solo me miraba, como si estuviera analizando cada detalle de mi cara de idiota. No mejor dicho, yo era el que estaba haciendo eso, la diferencia es que ella era preciosa.
Acomodé su cabello pasando mi mano por su mejilla. Ella cerró los ojos con una sonrisa plantada en sus labios. Me acerqué un poco más, y un poco más a cada segundo. ¿Qué rayos estaba haciendo?
Solo una cosa me detendría y sería que ella se gire o me golpeé. Pero no lo hacía, así que tampoco me acobardé.
Sus ojos entrecerrados me tenían perdido por completo, sonrió en ese momento que podía sentir su respiración rosando mi rostro.
Entonces... mi celular volvió a sonar.
Puse mis ojos en blanco y eche mi cabeza hacia atrás contestando la llamada.
-¡Abran, la puta madre! -gritó Seth de la otra línea tan alto que lo pudimos escuchar en el pasillo.
Audrey volvió a reír y se puso de pie dejándome ahí con mi perro. A los minutos volvió con Seth todo molesto por la espera.
-Así les quería encontrar. Par de mojigatos. Pobre Des. No se dan cuenta de los problemas mentales que crean en este bebé -Des tomó al perro entre sus brazos y empezó a hablarle con las clásicas frases de "¿Quiénes son malos padres. Quiénes?" Luego levantó la cabeza y sonrió-. Al menos ya no tendrá que soportarte.
Miré a Seth más que confundido. Para luego preguntarle a qué diablos se refería con eso. Fue cuando mi amigo emocionado miró al perro y dijo.
-¿Quién encontró a una linda familia para Destructor. Quién, quién? -Movió al perro contento-. ¡Tu tío favorito la encontró!
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La mejor pesadilla de Gus
Novela JuvenilGus es, como dice su hermana, un chico inmaduro, fracasado y tonto. Jamás se ha arriesgado a nada, ni ha tomado buenas decisiones, tenía un trabajo, un apartamento, sin embargo jamás vivió una vida de aventuras que sean dignas de ser recordadas. Per...