Día de Padres

VI

Chanyeol observaba la pared del salón, llena de cuadros con fotografías de Daehyun, Baekhyun y Sehun. No había ningún rastro de él en la vida del pequeño, pero esperaba cambiar el curso de aquella triste historia para darle algo de felicidad a su hijo. Se sentía pésimo por no haber estado allí cuando más lo necesitaban. Le dolía, pero debía admitir que Sehun hizo un excelente trabajo.

Sehun aceptó en tenerlo como invitado aquella noche, pero con dos condiciones. Se quedaría a dormir fuera y su habitación quedaba restringida para el uso público. La situación se había tornado completamente diferente después de que Daehyun convenciera a los tres adultos de que su padre se quedara a dormir solamente por esa noche.

Así que solo estaban ellos tres, dos personas que alguna vez se amaron y el fruto de su amor, un niño risueño y encantador que merecía todo lo bueno del mundo, pero él no pudo dárselo en el momento que correspondía.

Habían disfrutado de una buena charla sentados en la alfombra del salón, Chanyeol con las piernas extendidas y la espalda apoyada al sofá para no sufrir de dolor en la noche. Con un recipiente lleno de malvaviscos se tomaron el tiempo de conocerse, ambos tenían muchas cosas en común como cosas que los diferenciaban.

Daehyun no podía comer uvas porque le provocaban acidez, Chanyeol las amaba aunque no eran muy frecuentes de encontrar. Daehyun disfrutaba de comer emparedados de mantequilla de maní y mermelada a Chanyeol le parecía vomitivo solo pensarlo. Pero ambos amaban contar las estrellas por las noches, comer manzana rallada con azúcar y golpear la mesa como si fueran bateristas.

La charla terminó apenas Daehyun se quedó dormido en los brazos de su padre, quien con su gruesa voz le cantó la única canción de cuna que conocía, mientras le acariciaba el cabello con mucho cuidado. El pequeño tenía la boca abierta y las mejillas coloradas, Chanyeol le dio un beso antes de levantarse con él entre sus brazos mirando a Baekhyun sin idea de qué hacer.

Ayudó a su ex a llegar hasta la habitación del niño, Chanyeol lo dejó sobre la pequeña cama individual con mucho cuidado, quitándole los calcetines, zapatos y pantalones para que el pequeño durmiera más a gusto. Lo cubrió con la ropa de cama y dejó al hurón junto al pequeño, quien no tardó en rodear con sus brazos al peluche.

Chanyeol miró con vergüenza a Baekhyun, haciendo una torpe reverencia cuando salieron de la habitación del niño. Dejó a Chanyeol en la sala de estar mientras buscaba algo de ropa que prestarle, pretendía dejar que Chanyeol durmiera en su cama mientras él se apoderaba del saco de dormir de su mejor amigo, el cual era por lejos el más calentito y cómodo de todos.

Cuando terminó de acomodar todo en su habitación se acomodó contra la pared y observó a Chanyeol desde las escaleras. El tiempo transcurría y Chanyeol no dejaba de admirar aquellas fotografías una y otra vez, ya estaba enterado de cada detalle y había escogido su favorita, una con el pequeño y Baekhyun sonriendo a la cámara y demostrando lo idénticos que eran. Agradecía que el pequeño no se pareciera físicamente a él, hubiera sido más doloroso para Baekhyun tener que ver al niño todos los días sabiendo que era igual al tipo que había arruinado su vida y destrozado su corazón.

Lamentaba todo lo que había hecho, en aquel momento era un idiota egoísta que se había dejado llevar por las inseguridades que lo acompañaban desde que comenzó a salir con Baekhyun aquella vez a los dieciocho. Se apoyó en alguien más destrozando dos vidas en un solo movimiento y se sentía como el hombre más horrible que había pisado la Tierra.

Las lágrimas no demoraron en empaparle las mejillas obligándolo a soltar un suspiró y a secar las saladas gotas con el puño de su sudadera. Intentó ahogar sus gemidos con la sonrisa de Daehyun frente a sus ojos. Ya no tenía insultos para su persona, no había una palabra que lo describiera al cien por cien, pero sabía que era una mierda y mil cosas más.