XVII

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Había disfrutado de su hijo tanto como pudo, vio dos películas para niños antes de que ambos cayeran rendidos ante el sueño y también lo llevó hasta la escuela, prometiendo que regresaría por él cuando sus clases finalizaran y, por supuesto, lo hizo.

—Y tuve que leer en voz alta, uno de los niños empezó a hablar raro y se puso a llorar y yo leí lo que pude, pero todavía no sé como suenan algunas cosas, ¿me puedes enseñar luego?

Chanyeol asintió, llevaba a Daehyun a cuestas para ponerlo dentro del vehículo. Esto hasta que la misma mujer de unas semanas atrás lo interceptara nuevamente.

—El padre de Daehyun es muy dedicado, oí que se separó de su esposo.

Trató de evitarla lo mejor que pudo, pero a ella se unieron dos mujeres aun más deseosas por saber lo que ocurría en su vida amorosa. Chanyeol comenzó a sentir urticaria por el poco espacio que tenía, cuidando de que su hijo se mantuviera firme entre sus brazos.

—¿No tiene una esposa?

—Señoras, este no es el momento y tampoco tenemos la confianza para hablar de estos temas, muchas gracias por el interés, pero tengo que llevar a mi hijo a casa. Con permiso.

Las mujeres no dieron tregua, tratando de seguirlo hasta su auto, Chanyeol abrochó el cinturón de la silla de su pequeño, cerrando la puerta tras su espalda y evitando todo contacto con las mujeres que seguían preguntándole estupideces como cuál era el modelo de su auto o si quería tomar un té con ellas para hablar de la enseñanza de sus hijos. Las dejó atrás con una sonrisa falsa antes de ponerse en marcha.

—No te casarás otra vez, ¿cierto? No quiero una mamá extra, papá.

—Descuida, a papá solo le gustan los hombres.

Terminó comiendo con Baekhyun una vez más, accediendo a lavar los platos que habían usado y también a bañar al pequeño, quien se entretuvo más de la cuenta con la espuma y sus juguetes de baño. Le secó el cabello cuidadosamente antes de colocarle el pijama y lo arropó lo suficiente como para que no sufriera por el frío de la noche. Sin embargo, no pudo llegar al final de su historia, porque Daehyun ya estaba en el mundo de los sueños para la mitad de esta y sería un desgraciado si lo despertara solo para contarle que la Caperucita fue salvada del lobo feroz.

—¿No te late el corazón fuerte cuando lo ves así? Siento que me va a estallar cada vez que veo a Daehyun dormir, luce tan... sereno, quiero que siga con esa expresión por siempre. No creo soportar verlo llorar una vez más en la vida.

—Es imposible que no lo haga, pero estoy seguro de que podrás consolarlo. Eres un buen padre, Chanyeol, solo asegúrate de usar agua fría y todo será perfecto.

—Mis errores me perseguirán por siempre.

Baekhyun se encogió de hombros, cerrando la puerta de la habitación con cautela esperando que ningún ruido fuerte perturbara el sueño de su pequeño. Terminó por arrastrar sus pies siendo seguido de Chanyeol quien comenzaba a acomodar sus cosas para marcharse a casa y descansar un poco, antes de volver a la oficina el día siguiente y seguir con el incesable papeleo.

—¿Te parece bien quedar el viernes? Puedo tomarme el día libre y llevarlos a comer fuera, la comida te va a encantar.

Quiso hacer un comentario sarcástico, pero se lo tragó accediendo a pasar la tarde del viernes junto a Chanyeol y Daehyun. No tenía muchas ganas de ir donde él y Kyungsoo habían tenido una cita, pero verlo ilusionado hacía que su corazón latiera rápido y le impidiera resistirse.

—Bueno, es hora de que me vaya, no quiero encontrarme con el tráfico de las nueve. Dile a Daehyun que lo veré pronto, ¿sí?

—Te acompaño.

Día de PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora