XV

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—¿Has estado bien?

Baekhyun asintió dándole un sorbo a su té helado. El silencio no era incómodo, pero parecía como si lo fuera.

Chanyeol jugó con el borde de su suéter sin saber muy bien qué decir, dos semanas atrás había acordado con Baekhyun encontrarse en aquella cafetería, le envió los papeles de divorcio nuevamente, después de avisarle por un mensaje de texto insípido al que Baekhyun respondió de la misma manera, con dos palabras que tenían gusto a poco.

Y ahí estaban, un par de personas que estaban casados, sentados frente a una pequeña mesa redonda en donde yacía el sobre amarillento que contenía aquellos papeles que iban a cortar todo lazo civil entre ellos. Chanyeol estiró sus manos tomando lentamente el sobre y acercándolo a su cuerpo, confiando ciegamente en su ex y esperando que su firma estuviera en el lugar correspondiente.

—Dae me contó que lo llevaste al acuario.

Chanyeol asintió con una sonrisa dejando de prestarle atención al sobre—. Fuimos a una visita guiada y comimos algodón de azúcar frente a los delfines. Fue mágico, hubiera sido lindo tenerte con nosotros, le prometí a Dae que iríamos los tres la próxima vez.

—Para otra vez será, estuve demasiado ocupado buscando un lugar decente en donde vivir. Aunque lo peor fue la mudanza, tener que entrar a hurtadillas a casa de Sehun por nuestras cosas fue una completa mierda —Chanyeol oía atentamente mientras se llevaba su batido a la boca, realmente no tenía mucho que decir—. No tenía esa sensación desde que nos separamos, parecía un criminal.

—¿No hablaste con él?

—Ni siquiera quiero verlo, siento que si lo tuviera en frente le rompería la cara de un puñetazo. Lo quiero demasiado y es... era mi mejor amigo, pero tengo un límite y quiero velar por mi felicidad esta vez.

—Me alegro porque tomes esa decisión, sabes que me tendrás siempre, aunque no estemos juntos, ¿no?

—Tú necesitas dejar de ser tan bueno conmigo, ¿sabes? Siento que tienes complejo de héroe y no me gusta, preferiría al menos que me odiaras un poco.

—Baekhyun, tienes que entender que las cosas ya pasaron. Ahora somos dos adultos maduros que pueden tener una conversación amena sin la necesidad de provocar un alboroto o de que alguno de los dos termine llorando. ¿No te sientes bien con eso?

—Si lo dices así... —suspiró mirando hacia el techo—. No lo sé, sigue gustándome más la idea de que te enojes conmigo.

—Esta conversación no va a llegar a ningún lado como siguas así.

—Bueno, cambiemos el tema...

Chanyeol esperó para que Baekhyun continuara, sin embargo, este revisó su teléfono rápidamente para comprobar la hora. No quería llegar por su hijo tarde como solía hacer cuando vivían lejos de su escuela.

—¿Qué tal el clima?

Soltó un suspiro al escuchar la estúpida pregunta, solo bastaba con mirar por el amplio ventanal que tenían a un lado para saber cómo estaba el clima. Baekhyun le regaló una sonrisa juguetona antes de terminarse el té que ya le estaba dejando un sabor amargo.

—Eres de no creer.

—No soy bueno buscando temas de conversación, ¿de qué quieres que te hable?

—¿Te ha gustado el té? —Baekhyun le dio una mirada al vaso de vidrio ladeando la cabeza, no era el mejor té que había probado, pero tampoco se quejaba.

Acordó consigo mismo que, la próxima vez que se encontraran, pediría uno de durazno. Si es que existía una, por supuesto.

—Me gusta más el que pedimos esa vez en el café junto a la playa, ¿lo recuerdas? Fue la primera vez que me miraste feo por ponerle azúcar al té.

Día de PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora