Capítulo 6.

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Había sido una noche difícil para Taemin, ya que la mayor parte de ésta su cuerpo estuvo temblando porque sentía escalofríos y su temperatura no bajaba, algo que había preocupado mucho a Tae Yeon, porque ella sería la responsable si algo malo le pasaba al joven, sin embargo ella sabía lo que tenía que hacer, o eso creyó porque durante la madrugada tuvo tanto miedo de que Taemin no saliera de la inconsciencia a la que fue inducido por aquel brebaje que le dio.

Ella tenía claro que esa no era una decisión suya, pero intentaba hacer las cosas más fáciles para Taemin, o de eso se había convencido cada vez que hizo que el joven bebiera el mismo brebaje sin hablar antes con su amo o el mismo Taemin, porque no estaba seguro cuán de acuerdo iba a estar con ella en eso, pero si él era sólo un criado lo mejor era que no tuviera más responsabilidades de las que ya tenía en ese castillo, además, no creía que la nueva señora estuviera muy feliz con la noticia, al igual que la madre de Min Ho tampoco iba a estarlo en el pasado, por eso ella siempre quiso proteger al joven, creía que éste ya sufrió demasiado por si solo como para seguir haciéndolo.

Observó en silencio como la respiración del joven ahora era normal, cerca de que los primeros rayos del sol salieran la fiebre cedió y el chico había conciliado el sueño tranquilamente, incluso ella creía que hasta podría realizar sus labores como siempre, aunque lo mejor sería que se quedara en cama un poco más, después de todo, el señor Min Ho no iba a requerir su presencia porque él fue reportado como enfermo antes de que el señor saliera junto a su padre, y tal vez demoraría unos días más en volver, por eso ese había sido un día perfecto antes de que el tiempo se acabara.

Tae Yeon salió de la recámara cuando los primeros rayos del sol aparecieron dejando a Taemin todavía dormido, quien sólo se movió un poco entre sueños, y por momentos había vuelto a despertar para verse una vez más caer en el sueño. Su cuerpo estaba cansado y por mucho que en su mente se dijo que tenía que regresar a trabajar sólo volvía a dormirse.

Quizás era el tiempo más largo que había podido dormir durante todo el día anterior y la noche cuando la puerta de la recámara se abrió abruptamente, y Taemin despertó por todo el ruido a su alrededor, pero sus ojos ni siquiera se habían acostumbrado a la luz cuando fue sacado de la cama, y su delgada ropa de cama rasgada en su espalda, dejándola caer sus hombros hasta su cintura.

Taemin no entendía lo que estaba sucediendo a su alrededor, su mente todavía estaba un poco adormecida al igual que su cuerpo débil, por eso cuando fue soltado por el hombre que rasgó su ropa él cayó de rodillas al suelo, y sus manos se apoyaron en éste para poder sostenerse mejor, escuchado con dificultad lo que estaba sucediendo a su alrededor.

—Atadlo.

Creyó reconocer aquella voz que dio la orden, y su cuerpo se estremeció porque empezaba a sentir un poco de temor, el cual aumentó cuando sus manos fueron sujetadas juntas y alzadas sobre su cabeza, obligándolo a suspenderlas hacia arriba mientras fueron atadas y él continuaba de rodillas intentando entender lo que estaba pasando, ¿por qué era tratado de esa manera cuando nada malo había hecho?

—Mi señora Jung Soo, Taemin está enfermo, por eso el señor Min Ho le permitió que no estuviera en sus labores.

Tae Yeon estaba segura que vio una pequeña sonrisa en los labios de la otra mujer, poco antes de que sus palabras fueran ignoradas y su mano se extendiera hacia su izquierda, en donde fue entregada una fusta, la cual la mujer sostuvo con fuerza antes de alzarla y dejarla caer sobre la piel desnuda de Taemin, quien dio un pequeño salto por el golpe.

El dolor hizo que Taemin despertara completamente, sólo para sentir el segundo golpe caer en su espalda y sabía que eso era un castigo, uno que ni siquiera estaba entendiendo, porque la escuchó murmurar algo acerca de que él no estaba cumpliendo con sus deberes y le pareció escuchar un sollozo cerca que no pudo adivinar de quién era, aunque por las lágrimas que caían por su rostro casi estaba seguro que era suyo.

Prometo amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora