Prometo amarte.

Capítulo 3.

Hola, perdón por demorar mucho en éste fic y sólo quería recordarles que no es un fic que se escribe cronológico, habrán saltos del tiempo hacia el pasado y presente.

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Taemin gimió sintiéndose casi al límite, tomando la mano de Min Ho para pedirle de esa manera que hiciera menos presión sobre su abdomen, sintiendo como su hombro izquierdo era besado, y los movimientos se volvían más rápido, y sus labios se unieron con los de Min Ho en un beso bastante húmedo cuando llegó al final, jadeando cuando sintió como el conde terminaba en su interior, y su rostro fue ladeado para poder besarlo en los labios mientras su respiraciones intentaban ser regularizadas, y una suave caricia fue dejada sobre su pequeño abdomen que poco notorio pero que dejaba ver que una vida estaba creciendo en su interior.

—Mi señor, ¿os pasa algo? —murmuró Taemin cuando sintió a Min Ho alejarse, y todo aquel calor que su cuerpo le brindaba sólo dio paso a sentir una corriente de aire.

—Descansa.

Una frase que sonó como a una orden pero que Taemin se atrevió a desobedecer cuando se sentó en la cama para acercarse al cuerpo de Min Ho que estaba sentado al borde de la cama, mirando hacia la obscura ventana de la habitación, y Taemin fue cuidadoso cuando pasó una mano por su hombro y luego apoyó su mentón en éste, encontrándose muy cerca cuando Min Ho giró el rostro, sin embargo no se movió a pesar de que quería acortar la distancia, no sabía exactamente qué le sucedía pero creía que era algo malo porque desde que se casó sentía que lo buscaba sólo en ese momento y mucho más ahora que ya no tenían que esconderse la esposa de Min Ho, la condesa Jung Soo, una mujer que a Taemin todavía le causaba miedo, no sólo porque ella fuera la esposa de Min Ho, sino también porque parecía que ella lo odiaba a él y a la vida que crecía en su interior.

—Mi señor —susurró, sintiendo como el conde suspiraba.

—Cuando no esté presente mantente alejado de Jung Soo.

—Mi señor...

Min Ho lo miró severamente haciendo que el castaño sólo asintiera, porque esa mirada le decía que no había lugar para que él contradijera la palabra del conde. Una de sus manos bajó para pasar por la cintura de Min Ho y le regaló una pequeña sonrisa cuando sintió que éste se relajaba un poco, sus ojos verdes se iluminaron ante eso porque sabía que era él quien causaba eso, algo que a pesar de que la condesa fuera su esposa no lograba hacer, ella nunca había tenido esa facultad sobre su esposo y a Taemin le gustaba creer que era porque Min Ho no la amaba, ya que en su mayoría sabía que ellos se habían casado porque fue un decreto del rey.

—Mi señor —susurró —¿os quedaréis ésta noche?

Pudo ver al conde dudar un poco antes de asentir y girarse para atraerlo sobre su regazo mientras repartía besos en su rostro y suaves caricias en su pequeño vientre como si no le importase que su lugar fuera con su esposa, y no con él que luego de un año de ser sólo el criado se había convertido en su concubino, y aquellas noches de pasión ya no se habían tenido que ocultar y mucho menos desde que llevaba un hijo de Min Ho en su vientre, algo que causó que se ganara más odio por parte de Jun Soo, porque ella no podía concebir y había escuchado a las personas decir que le avergonzaba que fuera él, un hombre quien pudiera llevar un hijo de su esposo y no ella como se suponía que debería ser, porque su hijo pudo haberse convertido en alguien ilegítimo pero Min Ho le había prometido que no permitiría que eso sucediera, que su hijo llevaría su apellido, que lo reconocería como tal y que sería el dueño de sus riquezas, que no fue algo que Taemin hubiera estado buscando, porque para él ya había sido mucho más de lo que deseaba que hijo fuera reconocido.