Prometo amarte.

Capítulo 9.

Estaba peinando al caballo preferido del conde cuando vio a Jin Ki, el hijo de Tae Yeon, quien caminaba por el establo, haciendo que se escondiera detrás del animal y empujara un poco a Dae Kyun, que lo miró molesto porque casi había caído sobre el heno que estaba limpiando.

—¿Por qué te escondes? —preguntó el niño mirando a su hermano.

Taemin colocó una mano en la boca de Dae Kyun y le hizo señas de que hiciera silencio cuando Jin Ki pasó de ellos, aunque había parecido buscar algo en específico en el establo, y el joven de ojos verdes creía saber lo que era, o a quién era.

—No me escondía —Taemin sonrió, volviendo a peinar al caballo.

—Lo hiciste, te habéis escondido de Jin Ki.

—No.

—Taemin...

El chico de ojos verdes apretó sus labios dejando de peinar al corcel y miró a su hermano, quien no parecía comprender lo que estaba sucediendo.

—Jin Ki me propuso matrimonio.

Por quinta vez, quiso agregar, pero mordió su lengua antes de decirlo, no quería alardear que Jin Ki le hubiera estado cortejando, lo que hacía enojar a Min Ho, pero al ser hijo de Tae Yeon y lo mucho que el conde quería a la mujer, había ayudado a que Jin Ki no terminara en la calle por "codiciar lo que es de otros", porque Choi había dejado bien claro que él era el dueño de Taemin, no sólo porque su padre años atrás se lo dio como su esclavo, sino por los sentimientos correspondidos que existían entre ellos, y ciertamente Taemin tampoco quería a otro hombre en su vida que no fuera el conde.

—¿Os casaréis con él?

—No.

—¿Entonces...?

Taemin sonrió a su hermano, sólo negando con la cabeza, no creía que él pudiera entender completamente su razón de no querer casarse con Jin Ki, además de que el conde le había prometido que en el futuro sería su concubino, y quizás ese era el título que nadie quería asumir porque todos deseaba ser la primera esposa, sin embargo, él se conformaría con eso, lo que fuera con tal de no ser alejado de su amo Min Ho.

—Llevad el heno afuera —le dijo al niño.

Dae Kyun refunfuñó antes de tomar el heno y sacarlo, gritando a través del establo que pasaría por la cocina para que Tae Yeon le diera algo de comer, lo que hizo reír a Taemin, porque su hermano desde que llegó al castillo siempre había tenido buen apetito, muy contrario a él que en ocasiones había comidas que no podía siquiera verlas, y claro que Tae Yeon solía curarlo para que recuperara su apetito normal.

Continuó peinando al corcel cuando vio a una mujer parada en la puerta del compartimento que separaba a los caballos, haciendo que su ceño se frunciera porque no era normal que ella estuviera ahí.

—La condesa quiere que ensilles un caballo —habló la mujer —ella estará aquí en un momento.

La orden le tomó por sorpresa, y más al escuchar que Jung Soo quería un caballo, cuando debido a su estado lo recomendable era que no cabalgara ya que podía hacerle daño al bebé.

—Señora Na Yeon —dijo con el respeto que la mujer mayor merecía —no creo que la condesa deba cabalgar, podía ser malo para el bebé y...

—¿Estáis cuestionando las órdenes de tu Señora?

—No, pero...

El relinchar de un caballo, seguido del grito agudo de la condesa hizo que Taemin corriera afuera de ese compartimento, encontrándose con al caballo negro que el conde había comprado hace poco, el cual estaba afuera de su lugar y a un lado de él, en el suelo se encontraba Jung Seon. Vio como el animal levantaba sus dos patas y luego corrió afuera del establo.