XXII

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— ¿Ustedes están saliendo?— soltó de repente Eliot mirándo fijamente y haciéndome ahogar con mi café — ¿Eso es un sí?

— ¿Puedes esperar a que primero conteste antes de sacar conclusiones?

— A veces con tan sólo una mirada basta — me dió una servilleta para limpiar mis labios lo cual agradecí.

— No te confíes, mi mirada miente— suspiré — A demás Christian es novio de Michelle

— No lo es — respondió dejándome sorprendida.

—¿Qué?— no podía creerlo, todos me habían dado a entender que si lo eran.

— ¿Tú sabes de quien es hija Michelle? Su padre es el dueño de la compañía de los Brooks, ella es su heredera —hizo una pausa— Su única heredera

— ¿Entonces significa que planea sacar algún beneficio a través de eso? No me parece algo nuevo, tener acciones en esa compañía puede impulsar a mayor reconocimiento con la suya

— Él no quiere acciones, sino la compañía entera y para ello necesita casarse con Michelle— sonrió con malicia — Aún está tratando de conquistarla ¿No es un plan genial?

Eso me había dejado sin palabras.

No era nadie para juzgar a Christian, porque mi vida al igual que la suya se había basado en ver a las personas como algo útil y si no lo eran, fácilmente me alejaba de ellos.

Pero... "¿Por qué  me molestaba tanto?"

— Si él piensa que es un buen plan atarse a una persona sin tener sentimientos por ella, está bien, es su decisión

— ¿Y  en dónde entras tú?

— Donde yo quiera estar —sonreí— Lo unico que necesito es mi entusiasmo para llegar hasta donde deseo

— Cielo— tomó gentilmente mi mano— Alejate de Christian, sólo romperá tu corazón

— No puede romper algo que  está roto hace tiempo— aparté mi mano de la suya — No te preocupes por mi, sé lo que hago

— Te entiendo — sus ojos reflejaban tristeza — Pero créeme, por más que pienses que nunca podrás reparar tu corazón alguien vendrá y lo hará, pero esa persona tendrá el poder de romperlo una vez más

— ¿Entonces podríamos decir que no tengo?— reí.

— Eres diferente — sonrió con ternura — Diferente en el buen sentido

— En realidad no existe lo diferente malo— le corregí — Porque no hay en el mundo alguien que sea igual a otro y si para nosotros lo normal está bien entonces ser diferente es eso, algo bueno ya que todos lo somos

Eliot soltó una sonora carcajada que me contagió a mi también y comenzamos a reír juntos — En serio Cielo, cada día me sorprendes más — dejó las risas a un lado y agregó — Quisiera tener esa mentalidad, eres la mejor persona que pude haber conocido

Tras pronunciar esas palabras pareció haberse dado cuenta la magnitud que podrían tener, pero sin embargo nunca se retractó, dejándome con un muy llamativo sonrojo.

— Debo irme aún tengo mi última clase — dije levantándome de mi asiento.

— Buena forma de huir— se puso de pie también —No te preocupes, algún  día te atraparé

—Corro rápido —guiñé un ojo— Nadie puede alcanzarme

Luego de unas horas, esa larga jornada de clases por fin había terminado. Aún tenía en mi mente las palabras de Eliot acerca del plan de Christian para su futuro y no podía dejar de parecerme molesta la idea.

Dulce PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora