XXVIII

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¿Alguna vez quisieron borrar su pasado? ¿Eliminarlo para siempre? Cuán frustrante es saber que eso es imposible, lo que viviste y experimentaste siempre queda en tu memoria, lamentablemente.

Tantas preguntas recorren mi mente mientras veo el mundo seguir su curso, parece ser que viven su presente. Eso me molesta.

El pasado no se olvida, se supera.¿Podré hacerlo? Al igual que ellos ¿Podré ser feliz? Y sentirme...Completa.

— Rosselini lleva estos documentos a Blake, la reunión de Christian se prolongó por más tiempo y necesito urgente esto firmado lo más antes posible — levanté la mirada encontrándome con la suya — Esto definitivamente no me interesa pero no me dejas más remedio —suspiró con pesadez —Concentrate en tu trabajo o el señor Clark te va a despedir

  — ¿Eh?—parpadee varias veces sin poder creer lo que mis oídos escucharon—¿Eso fue un consejo?

  —Piensa lo que quieras —puso los papeles en mi escritorio y luego volvió a dirigirme la mirada—¿Qué?

— Acabo de notar después de tanto tiempo que no sólo eres hermosa por fuera — guiñé un ojo juguetona a lo que ella se quedó perpleja por unos segundos.

— ¿Eso fue un coqueteo?

   — Piensa lo que quieras— repetí su oración — Está bien ¿Sólo necesito estos firmados antes de que Christian regrese? — se mantuvo en silencio aún pensativa — Esa cara de concentración también me gusta — continúe bromeando mientras caminaba hacia el elevador, una vez dentro del mismo noté su mirada confundida fija en mí y sonreí para luego lanzarle un pequeño beso al aire antes que las puertas se cerrarán completamente.

Tenía esa costumbre de hacer cumplidos disfrazados de pequeñas bromas, aunque claramente no se tratada sólo de burlarme de la otra persona sino más bien de mostrar ese brillo propio que tenían y que tanto anhelaba o envidiaba.

Al considerarme un ser oscuro que aprovechaba de cualquier hueco de debilidad que los demás tenían, esa luz era algo de lo que no podía dejar pasar sin maravillarme, pues eso es algo digno de admirar, después de todo no existen muchas personas con ella.

Llegué hasta la oficina de Blake y golpeé la puerta antes de entrar, desde el otro lado se escuchó un gemido que me desconcertó, miré a mi alrededor descubriendo que la secretaria no se encontraba en su escritorio por lo cual eso significaba que tenía que esperar hasta que los autores de esos ruidos molestos terminarán su juego para poder entregar dichos documentos.

Pasaron alrededor de 30 minutos cuando las puertas de aquella oficina se abrienron dejando salir la figura de una mujer que muy bien conocía.

— ¿Chloe?— la miré risueña —Vaya vaya

Ella no se dio vuelta y continuó su camino sin contestarme, se notaba su incomodidad por lo cual decidí no seguir insistiendo con ello.

Esperé otro par de minutos más para "Darle tiempo de vestirse y despabilarse a Blake" antes de volver al golpear la puerta y recibir la autorización para ingresar.

Luego de entregarle los papeles y de tener una breve charla en la que de momentos se me insuaba con elogios bastantes estúpidos, ignorando el hecho de que yo estaba enterada de lo que había sucedido hace minutos atrás, abandoné la oficina rápidamente.

No pude evitar sentir un poco de pena de su actual esposa, porque imaginaba que Chloe no era la única mujer en su radar de conquistas y encuentros de una noche o mejor dicho de "Oficinas".

Si alguna vez creí que el amor podría ser algo hermoso, claramente esa situación había hecho que desechara esa absurda idea. Muy fantasiosa.

Y si todavía quedaba algo de esperanzas de que renaciera desde la profundidad de mi corazón alguna pizca de amor, otra vez había sido pisoteado por la cruel realidad al ver a Michelle junto a Christian entrar al elevador. No pude evitar molestarme.

Dulce PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora