Al día siguiente, estando junto a Lili y junto a Connor, me sentí completa, pero ese sentimiento no duró mucho.
Al llegar a casa, mi abuela me dijo:
- Tenemos que hablar.
Me devolvía al orfanato. Decía que no podía cuidar más de mí, que el dinero no llegaba y que no había nada que hacer. En dos semanas me iba.
Me fui a mi cuarto y lloré. Lloré casi tanto como cuando murieron mis padres, porque ahora que tenía la oportunidad de tener amigos de nuevo, de volver a ser feliz, todo se esfumaba de golpe.
Llamé a Hector.
- Dime, Diana.
- Hector... me vuelvo al orfanato.
Silencio.
- Yo no he dicho nada, lo juro.
- Lo sé, es por la falts de dinero.
- Joder, lo siento. Supongo que como irás igualmente al orfanato, no querrás ayudarme, ¿verdad?
- En eso te equivocas. Soy una mujer de palabra y las promesas están para cumplirlas.
- Gracias, en serio, muchas gracias.
***
Viernes, 9 de la noche, casa de los Diews
- ¡Así que tú eres Diana! ¡Qué linda eres!
- Teníamos muchas ganas de conocerte.
- Y yo a ustedes, señores Diews.
- Por favor cariño, llámanos Julia y Paul.
¡La madre de Hector era realmente encantadora!
Cenamos y charlamos. Debo decir que fue la mejor cena que había comido nunca.
Julia y Paul me cayeron muy bien, eran muy buena gente. Hector tuvo mucha suerte de contar con unos padres como ellos.
- Bueno, gracias por la cena. De verdad, ¡estaba todo riquísimo!
- De nada, linda. Oye, disculpame si te ofende, pero quería preguntarte si has tenido algun probema de anoréxia o algo así.
- ¡Mamá!
- Eh... no, no se preocupe. Lo que pasa es que mi família siempre ha sido muy pobre, de modo que la comida no nos sobraba, ya me entiende...
- ¡Ay, pobre! Perdona cariño, no lo sabía. Que sepas que aquí siempre habrá un plato en la mesa para tí.
Sonreí.
- Muchas gracias, de todo corazón.
***
HECTOR:
La acompañé a su casa en mi auto.
- Bueno, gracias por cumplir tu promesa, lo has hecho muy bien.
- No hay de qué. Buenas noches.
- Buenas noches.
Mientras conducía hacia mi casa pensé en como me gustaría ayudarla, ella me había ayudado a mí y quería devolverle el favor. Y se me ocurrió una idea.
Al día siguiente...
- ¿¡Quéééééééééééé!? ¿Estás de broma?
- ¡No! ¡Vente a vivir conmigo! Yo te puedo mantener y no irás al orfanato.
- No me lo creo... ¡muchas gracias!
- No hay de qué. Corre, ve a hablar con tu abuela a ver si está de acuerdo.
- En seguida voy. Dios...¡no me lo creo! - colgó.
Yo sonreí. Convivir con ella iba a ser muy divertido...
ESTÁS LEYENDO
DETENIDA
Dla nastolatków¿Qué serías capaz de hacer para librarte de ir a un reformatorio para menores o a un orfanato después de robar en una tienda de ropa? Diana Hernández decide librarse siendo la cómplice de uno de los policías que la detienen, y ayudarle con un tema q...