En un agujero

89 11 2
                                    


Volviendo del instituto hacia mi casa (la de Hector), íbamos Lili, Connor y yo cuando nos asaltaron Alessia, sus amigos y algunos matones.

- Vaya... Mira quién hay por aquí... - típica frase de pija a punto de atacar - La pobre y puta, su noviete y la perra que va con ella para estar cerca de Connor - dijo refiriéndose a mí, a Connor y a Lili (respectivamente).

- ¿Qué quieres ahora?

- Connor, cielo, tú eres mío, ¿sí? Y yo no permito que nadie, ¡nadie!, me quite lo que es mío.

Me giré y vi a dos tíos detrás nuestro. Nos habían rodeado.

- Chicos... - susurré a mis amigos - nos han rodeado... - Lili y Connor también se giraron y lo vieron.

- ¿Cuántas veces te tendré que decir que 1. No soy tuyo, y 2. Déjanos en paz de una puta vez?

- Connor, en serio, aunque no lo quieras acabarás conmigo. Así que te doy una oportunidad. Deja a esas zorras y ven ahora, YA, aquí conmigo y así te librarás de una buena paliza.

¿Nos iban a pegar? ¡No, no y no! ¡No lo iba a permitir!

- Prefiero que me maten antes que estar contigo. - dijo, y yo sonreí.

- Tú lo has querido. Pero es una lástima que arruines tu lindo rostro. 

Dicho esto, los matones empezaron a golpearnos, sobretodo a mí. Al principio nos supimos defender bastante bien, pero luego ya no pudimos. Cuando Alessia creyó que ya estábamos bastante marcados, hizo que pararan. 

- He venido a por Diana porque sé que fue ella quién colgó los carteles y quién envió esos vídeos. Desde aquel momento mi imagen ha bajado mucho. La gente se burla de mí, ya nadie me respeta. Y todo esto es...

- Una mierda, lo sé. - me levanté del suelo con la fuerza que me quedaba - A mí me ha ocurrido esto durante años. -suspiré - He visto que a ti te pegan y creo que por eso me lo hacías y me lo haces a mí. Me haces el daño que te hacen... Cuando vi los vídeos sentí mucha pena por ti, porque desde entonces comprendo por qué me maltratas. Porque no puedes pasar por esto sola, porque necesitas desfogar tu dolor. Hacer que la gente se sienta como tú hace que te duela menos. Porque ya no te sientes una víctima, por un rato te sientes por encima, sientes que controlas la situación. ¿Y por qué a mí? Porque soy débil. Y sé que lo soy. Es cierto que a veces los maltratadores necesitan más ayuda que los maltratados. Yo al tener a gente a mi lado -señalé a mis amigos - salí del pozo oscuro en el que me había metido. Y tú, cuando viste que no estaba sola tuviste miedo. Porque veías que yo, hecha una mierda como estaba había salido de ahí, mientras tú, Alessia Jones, que supuestamente tu vida está repleta de lujos y de felicidad, seguías un el maldito agujero, atrapada. Y el agujero se va haciendo más profundo y tú sigues dentro. Y eso también te aterra. Pero lo que te ha hundido definitivamente ha sido verte débil, que la gente sepa que no eres tan intocable como quieres parecer y que estás en un agujero del que no puedes salir. Y entonces ellos de repente dejan de aclamar tu nombre como su diosa y empiezan a aclamarlo seguido de insultos y de golpes. Y te sientes muerta. Tanto por dentro como por fuera. - Alessia lloraba tirada en el suelo mientras sus "amigos" la miraban sin saber qué hacer. - Te juro por mi insignificante vida que por muchos golpes tuyos que encaje, por muchos insultos que me dispares, yo nunca, nunca te habría hecho eso. No sé quién te a hecho esto, pero sin duda no hemos sido nosotros. - se secó las lágrimas y me miró fijamente - Alessia, te podemos ayudar a salir de esta situación antes de que sea demasiado tarde. No tienes por qué ser la mala.

Estuvimos todos un rato en silencio.

- ¿Sabes Diana? Eres... - hizo una leva pausa - repugnantemente lista. Y por una vez me alegro de que lo seas. Pero no puedo darte ahora la mano y ser tu mejor amiga, no después de estos asquerosos seis años. - se levantó del suelo - Pero gracias. Gracias. - se giró y tanto ella como el resto se fueron.

- Wow. - dijo al final Lili - Menudo monólogo...

- Me gustaría ayudarla... - susurré mirando al suelo

- ¿En serio? Después de todo lo que te ha hecho? - dijo Connor atónito. 

- Sí. Sin dudarlo ni un solo segundo.

DETENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora