Tierra llamando a Diana

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HECTOR:

- Entonces... ¿Así sin más?

-Sí, sí, ya te digo, Hector. Entró aquí y dijo que era la madre de Alessia Jones y que quería verla.

- Vale, hazla pasar. Cojo el informe del caso y voy para allá.

-Está bien. -asintió Gregorio.

Fui a mi mesa y cogí el informe. Lo hojeé un poco pensando por dónde empezar. Tras haberle echado un vistazo completo, lo cerré y me dirigí a la sala de interrogatorios. Allí me esperaba la mujer que aseguraba ser la madre de Alessia.

-Buenas tardes, me llamo Hector, ¿y usted?

-Jessica Smith. ¿Me puede explicar por qué estoy en una puñetera sala de interrogatorios? ¿Acaso se me acusa de algo?

-No, claro que no. Solo queremos hacerle unas preguntas sobre su hija y...

-¿Pero qué narices hay que preguntar? -se levantó enfadada -¡El loco de mi ex-marido ha maltratado y abusado de mi hija y la ha encerrado en un maldito sótano! -dio un holpe en la mesa -¡Díganme, ¿qué hay que preguntar?! -dijo casi gritando.

-Por ejemplo, ¿por qué dejó a su hija con ese hombre si tan loco está?

-Cuando nos separamos él se quedó con la casa. A mí hacía poco que me habían despedido, así que me puse como una loca a buscar trabajo. Me ofrecieron un trabajo en una pequeña empresa fuera del país. Yo no quería irme, pero era mi única opción, apenas tenía dinero y no podía esperar 4 meses más a que me ofrecieran otro empleo. Alessia era feliz en esta ciudad, tenía muchos amigos y estaba recibiendo una buena educación. Me di cuenta de que desgraciadamente yo no podía asegurarle todo lo que tendría si se quedaba con su padre, así que decidí que lo mejor para ella era dejarla aquí. Durante el primer año hablábamos una vez al mes o así. Luego estuve un par de años sin apenas saber nada de Alessia, porque me fue imposible contactar con ellos. Cuando retomé el contacto la noté rara, como más distante,pero a la vez su voz... su voz sonaba como si algo no fuese bien, ¿sabes? Como si me estuviera pidiendo ayuda y no pudiera hacerlo. Una vez le pregunté si le ocurría algo. Hubo un silencio y luego me dijo que no, que simplemente estaba cansada por el trabajo del instituto. -suspiró -Cada vez hablábamos menos, y hace más o menos un mes y medio dejó de coger mis llamadas. Al principio no le di mucha importancia, pensé que estaría ocupada o algo así, pero cuando hizo un mes que no sabía nada de ella me preocupé de verdad, no quería volver a perderla, así que llamé a su padre, cosa que no hago muy a menudo porque no soporto a ese hombre, y tampoco me lo cogió. Ya hacía un tiempo planificando un viaje a la ciudad y hace dos días, aprovechándolo, vine aquí. Cuando ayer fui a su casa todo estaba lleno de policías. Pregunté qué estaba ocurriendo, pero nadie me dio una respuesta. Entonces vi que sacabais esposado a mi exmarido de la casa y pensé lo peor. Luego, vi a Alessia. Dios, ¡estaba horrible! Yo... me asusté mucho. Se la llevaron en uno de sus coches y me obligaron a marcharme de ahí. Y yo... solo corrí hasta aquí. Me atendió un becario de pacotilla que no me creyó cuando le dije que era su madre. Y cuando lo verificaron me mandaron para casa diciendo que no podía ver a Alessia, mi propia hija, ese día, que volviera mañana. Y aquí estoy. Y ahora, dígame, ¿cómo cree que me siento yo? -se levantó de la silla -No sé qué le hizo ese monstruo, si mi hija está herida, no sé ni si... ¡Joder! ¡Me habéis tratado como una mierda! ¡¡Quiero ver a mi hija!! -golpeó la mesa.

Miré la mesa y hablé prudentemente.

-Entiendo su enfado y lamento mucho no haberla podido atender ayer como es debido. Pero debe entender lo siguiente. Su hija está ingresada en el hospital y los médicos nos dijeron que no podía recibir visitas de nadie hasta que estuviera un poco mejor.

DETENIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora