DETENIDA

La rubia de la habitación

Entré en casa sin hacer mucho ruido, como de costumbre.

<<Hector, ¿has visto mi libro de física y química?>> iba a preguntar, pero oí voces en la habitación.

— Entonces... ¿te ha gustado lo de hoy? —dijo mi novio. 

— Sí. Ha sido... muy salvaje, y sabes que a mí eso me encanta... —respondió una voz femenina.

— Lo sé, cielo.

Entonces oí el ruido del colchón.

No, esto no podía estar pasando...

Cerré la puerta principal con un golpe para hacer notar mi presencia.

De inmediato, Hector salió de la habitación. Iba sin camiseta. Detrás suyo, salió una rubia extremadamente sexy con ropa bastante ligera.

—¡Diana! Ehhhh... ¿Cuánto rato llevas aquí?

No lograba decir nada, solo lo miraba a él y miraba a la rubia, que estaba apoyada en la pared detrás de mi novio con los brazos cruzados. 

— ¿Quién eres?

— Una amiga de Hector, ya sabes... —dijo rodeando a Héctor con los brazos. 

Abrí mucho los ojos. Miré a Hector atónita y abrí la puerta para irme.

— No, ¡espera! ¡No es lo que crees!

Salí corriendo de allí con la respiración muy alterada. 

En unos pocos minutos llegué a casa de Connor. 

— ¡Diana! —exclamó mi amiga en verme tan alterada— ¿¡Estás bien?!

En lugar de contestar, empecé a llorar. Lili me abrazó

— Fui a casa y... Hector estaba con otra chica. Una rubia que era guapísima, y sexy y... —ni pude continuar, las lágrimas me lo impidieron.

Connor se unió al abrazo.

Una vez dentro, les conté con más detalle lo sucedido. 

— Tal vez... Tal vez no era lo que parecía, tal vez... —dije tratando de autoconvencerme. 

Suspiré. 

— Joder, no lo sé. 

— Diana... Sé que no es lo que quieres oír, pero todo apunta a que sí estaban... ya sabes. 

Bajé la mirada. 

— Por favor, ¿ahora podemos centrarnos en el trabajo? Es que... prefiero no pensar más en ello. 

— Está bien. 

HECTOR:

— No, ¡espera! ¡No es lo que crees!