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—Perfecto —respondió el tal Francisco, regocijándose debido a mi afirmación—. Le enviaremos toda la información a su correo de contacto. Cualquier cosa llame a este número. Hasta pronto. —Colgó, dejándome con el teléfono aún pegado a la oreja, sin saber bien qué acababa de pasar.

¿Segura que había oído bien, o en serio me habían llamado pa' entrevistar a los tipos más bellos del planeta Tierra? Marica, eso.. O sea... Es que no me terminaba de entrar en el coco. No pues. De pana que tenía que haber escuchado mal.

—¿Qué lo qué? —preguntó Daniel a mi lado, sacándome de mi ensimismamiento—. ¿Quién te llamó?

—Un carajo ahí de Raze Tv —le respondí, aún impactada.

—¿Qué querían?

Bajé el teléfono, metiéndolo otra vez dentro del bolso con el resto de mis corotos. —Coño, Daniel. ¿Tú eres o te la das?

Mi hermano mayor me miró feo, así que me expliqué.

—¿Qué más van a querer, pues? Una colaboración 'piaso a bruto.

—Ajá y ¿por qué la cara de como si acabaras a ver a uno de tus grupos gringos todos maricos? —replicó, mientras seguíamos caminando.

—Te vuelves a meter con mis australianos —le amenacé, levantando la mano para pegarle en la cabeza—, y te caigo a palo, carajito.

—Responde, pues, enana ridícula. —Me apartó la mano para luego alborotarme el cabello entre negro y castaño.

Marico, no. Yo me acababa de peinar y gracias al mamaguevo ese ya parecía una bruja otra vez. Como que me iba a tener que mochar las greñas a ver si se me arreglaba el pelo todo seco.

—Porque voy a ver a unos de mis grupitos AUSTRALIANOS todos maricos —le imité exageradamente. Pa' que dejara la guachafita.

—¿Cómo? —preguntó tan asombrado como yo.

—Moco.

—No mentira, vale —me retracté cagada de la risa cuando vi su cara—

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—No mentira, vale —me retracté cagada de la risa cuando vi su cara—. Querían que me llegara a hacerle una entrevista a 5SOS en un concierto pasadomañana.

—¿Ah, pues? —Su cara era un poema de pana—. Y tal. Eres un vacilón.

—Mmmjm, de pana —repliqué, golpeándole el hombro—. O por lo menos eso oí.

—Verga, loco. —Como que entonces sí me creyó—. Me imagino que vas a ir, ¿no?

—No sé —dije, más seca que la represa del Guri.

Tenía dos opciones: romper la promesa que había hecho a mi familia pero ver a mis papis bellos, o, no romper la promesa pero jamás ver a 5 Seconds Of Summer en vivo —los vídeos de YouTube no cuentan—.

Pero de pana que con Daniel ahí no quería ponerme a pensarlo en ese preciso momento.

—¿Cómo que no sé? —Hizo comillas con sus dedos imitándome como el propio pajuo. Yo lo imitaba mejor, pues—. ¿Tú eres gafa?

¡Qué peo contigo, Luke! | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora