Capitulo 27 (El Final)

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Era nublado y el sol se había ocultado para llorar a solas sin testigo alguno, hoy se lamentaba la muerte, una llamarada que luego de arrasar con todo se había extinguido para darle paso a lo que dejó atrás la destrucción y ruinas.

Ese día el cielo lloraba ocultando el sol y todo rastro de el, el ambiente era lúgubre y gris el agua caí como lluvia torrencial mientras dentro de aquella casa todos lloraban y se lamentaban.

A excepción de aquellas dos chicas de cabello blanco y piel trigueña con vitíligo, sus pensamientos eran un revoltijo.

Querían llorar pero no eran capaces.

Con sus manos sujetaba su corto cabello desde la raíz, dentro de ella había un gran dolor que no era capaz de entender. En la ultima ocasión que la vio con vida discutieron por causa de su abandono injustificado.

Aunque aún le tenía cierto resentimiento la extrañaba y quería recordarla en sus mejores momentos, cuando peinaba su corto cabello y le cantaba dulces canciones en los días lluviosos y tormentosos que usaban para acurrucarse junto a la chimenea.

Aquella rubia de ojos ámbar sostenía sus hombros en forma de apoyo emocional.

En un rincón alejado del féretro se encontraba Sosteniendo aquellas placas en sus manos con fuerza tensando sus músculos mientras sus hermosos ojos ambarinos eran cubiertos por lentes oscuros, de pequeña su madre le solía decir que si quería escapar del mundo y hacerse invisible solo tenía que usar sus lentes.

Quería abandonar su sentimientos reencontrados no quería seguir sufriendo, aquel traje negro la hacía sentir extraña la muerte la hacía sentir extraña. Miraba y a la vez no a todos los rostros nuevos y viejos que llenaban el salón algunos reflejando aflicción y otros simple cortesía.

Dos chicas conocidas y a la vez no, solo eran capaces de dirigirse miradas llenas de sentimientos reencontrados.

El vaivén de las palabras reflejaban dolor ira y confusión, su postura era rígida pero amigable quería brindarle apoyo aunque apenas y si habían cruzado palabras.

Una corta conversación hizo entrar en razón a la peli azul cediendo y dando paso libre a la chica tatuada que se encontraba llena de sentimientos contradictorios, había logrado lo que tanto había deseado pero odiaba la manera en que lo había hecho, ella quería ganárselo sentirse merecedora de sus sentimientos.

Se dio la vuelta acercándose a aquella chica de ojos ambarinos que solo era capaz de torturarse.

Tomó asiento a su lado esperando que le permitiera consolarla.

Jaspe: Ella... Ella me amaba y yo la alejé de mi -Suspira con pesadez- se que cometió errores pero aún así ella era mi madre.

Su brazo derecho rodeó su cintura y su brazo izquierdo se posaba sobre sus enormes manos en forma de consuelo, su rostro se encogió en su enorme brazo para embozar simples palabras.

Isha: Sabes que estoy para ti.

El corazón de Isha dolía no soportaba verla así, quería hacerla feliz hacerla dejar todo su dolor atrás pero no era tarea fácil.

Cuando su madre murió sintió su mundo venirse abajo junto con todas sus esperanzas en la vida, la única mujer que la había amado incondicionalmente sin importar nada. Jaspe fue como un ángel que llegó a devolverle la esperanza llenarla de risas y los momentos más gratos que se podrían tener.

Sus lágrimas brotaban inundadas de sentimientos reencontrados, su corazón se llenaba de los sentimientos más profundos y verdaderos que pudo algún día sentir.

Un Futuro Juntas (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora