× Seventh Part ×

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Llegó el fin de semana. Por las mañanas había hablado con Seungmin y Jeongin sobre lo que le esperaba. El mayor de los dos le había proporcionado mucha información sobre como actuar; a parte de proporcionar muchos abrazos y mimos a Jeongin, que no hacía más que intentar apartarle totalmente sonrojado.

No había vuelto a hablar con Félix desde el primer día, solo se habían lanzado miradas asesinas por los pasillos. Unos policías fueron un día a su casa porque habían robado en los laboratorios esos y querían asegurarse de que no había sido Changbin. Realmente las estaba pasando crudas por culpa de ese chico.

Sin embargo, la compañía de Jeongin había hecho que muchos alumnos se acercaran a él para saber como era que estaban juntos. Y la cosa en vez de mejorar empeoró. Los nervios de Jeongin por estar con gente se confundieron con miedo y se esparció el rumor de que solo estaba con él por miedo, que le había obligado a estar a su lado y fingir que eran amigos. A estos rumores Seungmin no paraba de pensar en que en verdad las cosas eran al revés, no era Changbin quien había obligado a alguien a permanecer a su lado, si no Félix. La gente decía que el "perrito faldero" del increíble pelirrojo se acercaba a ellos por la mañana solo para saludar a Jeongin pues seguramente eran amigos de antes y Changbin era amable con él para seguir con la farsa de buena persona. "Es totalmente al revés" pensaba Seungmin. Al menos Félix no se había enterado del último rumor de que él pasaba las mañanas con su enemigo antes de que llegara.

Hyunjin lucía preocupado mientras se despedía de su hermano; y con una sonrisa, este intentó tranquilizarle. Siguió las instrucciones de su madre hasta llegar a una gran mansión que bien podía tener las mismas dimensiones que diez chales juntos, a lo ancho y a lo largo. Se encontraba cerca de los laboratorios, en pleno centro de ciudad y contrastaba con el resto de casas de alrededor. Pero al parecer, habían hecho que entre estás y la mansión hubiera unos caminos de árboles por lo que intentaba mostrarse separada del resto.

Changbin tragó saliva impresionado y caminó por el camino de piedra hasta la puerta, también enorme. No vio timbre por ningún lado, pero sí había una aldaba de bronce. Un águila que tenía un aro en el pico. Movió el aro tres veces para llamar a la puerta. En cuestión de segundos, un hombre bastante joven le abrió la puerta y le sonrió. Iba vestido con un traje negro y una pajarita. El brazo por detrás de la espalda. 

- Hola, debe de ser el señorito Seo. Soy el señor Kang, el mayordomo de esta casa. Bienvenido. Por favor, sígame - se apartó para que pudiera pasar.

"¿Esta familia tiene un fetiche con mayordomos jóvenes?" Le había impresionado mucho la edad que aparentaba el mayordomo de los Lee.

Entró en la casa y lo que vio le dejó impactado. Era como en una película. Un gran hall con suelos y paredes de marfil, fotos de la familia aquí y allá. En los lados unas escaleras con barandilla de oro que subían a la planta de arriba, a un gran pasillo que se internaba a cada lado de la pared. Abajo, cuatro puertas. Dos a sus lados y dos bajo las escaleras. Del techo colgaba una lámpara circular con cristales colgantes. Y en la pared del fondo, en el centro de todo, una foto de toda la familia reunida. Se podía ver a Félix con una sonrisa de superioridad en el centro, al su lado el presidente del consejo con una sonrisa graciosa y sincera; detrás de ellos, dos adultos: una mujer de cabellos rojizos rizados en un moño y sonrisa misteriosa, y un hombre con bigote, pelo negro y ojos llenos de lujuria.

- Mantenga la compostura señorito Seo. Se quedó con la boca abierta literalmente - se dio la vuelta para ver sonreír al mayordomo que acababa de cerrar la puerta. Changbin bajó la cabeza rascándose la nuca avergonzado. 

- Es que nunca había estado en un sitio tan impresionante como este.

- Sí, eso parece. No se preocupe. Sígame.

Voices [CHANGLIX] {Stray Kids}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora