Voices [CHANGLIX] {Stray Kids}

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Aviso: Esto es solo de fans y para fans. No metais a los idols en esto. Woojin está porque no tengo tiempo de quitarlo de la historia pero ni se molesten en comentar sobre esto porque no me voy a molestar en mirar los comentarios ni en responderlos. No quiero malos rollos ni peleas. Las escenas subidas de tono, os recuerdo que son personajes con los nombres y el físico de los idols pero NO son ellos. No pretendo sexualizarlos, ni decir que deberían o que en realidad son como aparecen en esta historia. Esto es solo producto de la imaginación de una fan para puro entretenimiento de otras fans también. Ahora ya pueden seguir con la historia.

Las luces le deslumbraron durante unos segundos y después... Hechó a correr. Esperaba que no le hubieran visto el rostro y pudiera huir antes de ser cogido.

Su respiración se acompasaba con su ritmo de piernas mientras apretaba los dientes, moviéndose ágilmente entre la gente y las calles, los coches y la carretera. Le daba igual por donde fuera mientras nadie le viera y pudiera escapar.

Un coche. Un chirrido. Muchas luces deslumbrándole. Muchas sirenas. Pero sobre todo... Muchas voces...

Un cuerpo choca contra el suyo cuando entra en el callejón para refugiarse.

- ¿Qué demonios? ¿Quién eres tú? - dice la voz de la persona con la que ha chocado.

Se aparta para observarle y se da cuenta de que casualmente, lleva una sudadera negra como él y tiene capucha. Sonríe malicioso con un plan en su cabeza.

- Soy Félix y al parecer estoy de suerte... Eres mi salvación - le da una palmada en la espalda y le pone la capucha como si fueran amigos de toda la vida.

- Bien, ahora me vas a explicar que mierdas estás haciendo - le dice el chico mirandole extrañado, con el ceño fruncido para luego separarse bruscamente. Félix le pone contra la pared y le sujeta de los hombros. Le mira fijamente de forma fulminante.

- Bien chaval. Se ve que no eres tonto ni te vas a dejar manipular fácilmente. Así que tendremos que ir por las malas.

El otro chico le miraba confundido y pudo percibir algo de miedo en su mirada. Sonrió maliciosamente de nuevo y le soltó. Oyó las voces de los policías acercarse al callejón y empujó al otro chico fuera de este.

Luego, se ocultó en la oscuridad rezando porque no le vieran y su plan funcionara.

-¡Aquí está chicos! ¡Lo tengo!

- ¡Oye! ¡Suélteme! ¡Yo no hice nada!

- Eso reservatelo para comisaría. Tiene derecho a guardar silencio. Todo lo que diga puede ser usado en su contra en un juicio o en un tribunal.

- Venga tío, no te lo flipes tanto; solo ha dibujado un graffiti no ha matado a mil personas.

- Perdón pero deseaba decir esa frase.

- Vale, bien. Ahora llevemosle a comisaría.

- ¡Pero que yo no hice nada! ¡Suéltenme!¡Quitadme estas esposas!

Las voces se apagaron de golpe con el sonido de tres puertas de coche cerrándose. Félix aguantó en su sitio; totalmente quieto, esperando a que se callaran. Cuando el sonido de las ruedas de coche dejaron de sonar, salió de su escondite y comenzó a correr en dirección a su hogar.

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